Durante los últimos 13 años he visitado el jardín seco de Ryoanji (龍安寺) varias veces. Lo que más me gusta cada vez que me siento frente a la grava de este maravilloso karesansui 枯山水 (Jardín seco) es que lo veo todo diferente. Es como cuando ves la misma película o lees la misma novela en diferentes momentos de tu vida y cada vez notas y sientes nuevos aspectos.
La primera vez que visité el Ryoanji apenas tenía veinte y poco años y después de años estudiando en la universidad estaba totalmente absorbido en una forma de pensar totalmente dirigida a resolver problemas . En aquel momento, mi racionalismo radical me hizo querer buscar explicaciones a la belleza de este lugar de forma científica. En mi mente corrían este tipo de preguntas: ¿Porqué este lugar es tan famoso si simplemente son unas rocas sobre arena? ¡Tiene que haber una explicación!
Incluso escribí un post largo sobre como se puede dividir la geometría del jardín analizando el espacio vacío en el que flotan las rocas. Aprendí que lo importante no son las rocas sino el espacio entre ellas.
Pero con el tiempo también he aprendido que intentar explicar la belleza de forma científica es igual de fútil que intentar demostrar la teoría de la gravitación escribiendo una novela.
Esta vez visité el lugar con otros ojos y un nuevo corazón. Simplemente me senté y disfruté del paisaje sin intentar explicar nada.
Ahora, con 36 años, me doy cuenta de que el arte nunca llega a ser completo sin incluir el sujeto que lo está observando. Es mi consciencia, a través del acto de observar el jardín seco, la que hace que el lugar emerja como algo bello y único.
No es suficiente con explicar el jardín para entender su belleza, también tienes que conocerte a ti mismo para que la experiencia completa.
Es bastante interesante seguir tu evolución en el camino que has seguido de geek a budista. La espiritualidad cala hasta al más pintado racionalista, sobretodo si proviene de una cultura que nos sea simpática.
Saludos y gracias por el blog!
Cuando estuve allí, deje de pensar y sentí paz (y eso que mi nivel de espiritualidad es negativo).
Me encantó.
Do you practice 坐禅? ;-D
No, I prefer mindfulness, more simple and easy 🙂
Lo que no tiene explicación es que acabes saliendo de allí enamorado de algo que no acaba de tener explicación, como nos pasó a nosotros, que si hubiésemos podido nos hubiéramos llevado un jardín seco a casa. Fuera bromas, es cierto que transmite sensaciones, paz, harmonía, equilibrio. Un jardín que también tiene movimiento, pues el hecho de cuidarlo hace que no esté siempre igual. Lo visitamos con un guía local y pudimos disfrutar de algunas explicaciones de todo el recinto, una gozada. Aprovecho para darte la enhorabuena por todo el blog! Me ayudé de él para preparar nuestro viaje a Japón ☺️
La mayor sensación que obtuve fué la de paz sin duda.
Un sitio mágico sin duda.
Además fué donde estrené el famoso WC japonés con chorrito jajaja. Desde ese día quiero uno para mi casa.
Lo decía porque el Rioan-ji es un koan en sí mismo para las escuelas zen que compaginan la práctica del zen con el estudio de koans. (el templo de Rioan es Rinzai?)
La práctica de zazen más sencilla es el shikantaza, solo estar atento a la zona del hara mientras respiras, nada más…
( Se dice que el mindfulness surgió al desembarcar el zen y otras técnicas de meditación («habitar el centro») en Occidente. )
Y ya que estás en Japón… ;-P
…Buen silencio, y gassho 😉
… siguiendo este blog desde una entrevista que te hicieron en 2004…
Que orden y limpieza se siente al ver esas fotos, ya que en persona no he visto nunca nada parecido, transmite tranquilidad.
Un saludo.
«Metsuke»… o cómo mirar «despierto» la lontananza, el aquí y el ahora. Las rocas y el «paisaje» parecen montañas surgidas de un poema de Matsuo Basho 😉 Fantástico jardín.
Me quedé pensando sobre que lo que importa es el espacio entre las rocas… qué buen post, como siempre.