Hace miles años…
Después de crear la primera isla de Japón con la lanza Amenonuboko, Izanagi e Izanami descendieron a ella desde el cielo y construyeron una columna que llamaron Amenomihashira («El pilar del cielo»). Caminaron alrededor de la columna en direcciones opuestas y cuando sus miradas se encontraron la Diosa Izanami le dijo a Izanagi: «¡Eres tan hermoso, amable y joven!», a lo que Izanagi respondió: «Oh, tu eres la más hermosa y joven». Sin mediar más palabras hicieron el amor junto a la columna Amenomihashira por primera vez y poco después nació Hiroku, su primer hijo. Nació deforme y decidieron deshacerse de él poniéndolo a bordo de una canoa y dejar que se lo llevara la corriente del mar. Hiroku no murió, su fortaleza le hizo sobrevivir y con el tiempo fue conocido como Ebisu, el Dios de la suerte y los pescadores.
Disgustados, Izanagi e Izanami regresaron al cielo a consultar con los dioses qué era lo que habían hecho mal. Sus superiores les dijeron: «Os equivocásteis, ¡en la ceremonia de enlace el hombre es el que tiene que hablar primero!».
Volvieron a realizar la ceremonia de matrimonio caminando alrededor de la columna Amenomihashira en direcciones opuestas hasta encontrarse, pero esta vez fue el Dios Izanagi el que habló primero. Se casaron según las normas de los dioses, hicieron el amor incontables veces y tuvieron muchos hijos legítimos que se encargarían de seguir con la tarea de creación de Japón.
Hace 2020 años…
Yamatohime, hija del emperador de Japón, llevaba años en busca del emplazamiento perfecto para construir un templo dedicado a la Diosa Amaterasu, una de las hijas que Izanagi e Izanami engendraron junto a la columna Amenomihashira.
Unos días antes de que Amaterasu le hablara al pasearse por la ribera del río Isuzu, Yamatohime anduvo por las playas de la actual prefectura de Mie. Al horizonte divisó dos rocas que surgían del mar como si fueran los hombros de un Dios. Cuenta la leyenda que la belleza de ese par de rocas la dejó tan embelesada que al partir de camino a seguir buscando el hogar de Amaterasu se volteó dos veces para apreciar su belleza por última vez.
Aquellas dos rocas cuya hermosura la sedujeron no eran los hombros de un Dios, eran Izanagi e Izanami.
Hace unos 1500 años
La leyenda de la belleza que cautivó a Yamatohime al ver las dos rocas se mantuvo en la tradición oral. No se sabe exactamente cuando fue, pero años más tarde los monjes del templo de Ise decidieron que había que enlazar, unir, casar a las rocas Izanagi e Izanami utilizando una cuerda shimenawa.
En musubi (縁結び) es una de las muchas palabras del idioma japonés que significa «contraer matrimonio». El primer caracter 縁 significa «cuerda» y 結び significa «atar o enlazar». Es curioso que en nuestro idioma también podemos decir «enlace matrimonial» y en inglés «marriage tie».
Los monjes de Ise confeccionaron una cuerda enorme utilizando paja de arroz y enlazaron con ella las dos rocas. En la cima de la roca más grande, que representa a Izanagi pusieron una pequeña puerta torii de madera. Desde entonces, Izanagi e Izanami, que se casaron por primera vez dando una vuelta a la columna Amenomihashira y haciendo el amor, quedaron enlazados para siempre. El conjunto de las dos rocas unidas por la cuerda shimenawa pasó a ser conocido como Meoto Iwa (夫婦岩), donde 夫 significa «marido», 婦 significa «mujer», y 岩 significa «roca».
Meoto Iwa es visitado por miles de turistas cada año y dicen que trae buena fortuna en asuntos amorosos.
17 de Julio de 2011
Nos despertó la luz del alba que transpasaba con candidez los paneles shoji que cubrían las ventanas de nuestra habitación. Salimos de nuestro ryokan, el edificio más viejo de la calle, el cual parecía salido de una película de Akira Kurosawa y caminamos hasta la vera del templo de Ise donde nos montamos en nuestras bicicletas que nos acompañarían durante el resto del día. No íbamos al encuentro de Chanquete, nuestro destino era Meoto Iwa.
Pedaleamos rumbo al mar, alejándonos del templo de Amaterasu, acercándonos a las rocas de sus padres Izanagi e Izanami. Atravesamos la ciudad de Ise, cruzamos varios ríos y nos bañamos en el verde de los arrozales de sus alrededores. El Sol caía con fuerza, pero el olor a mar, cada vez más intenso, nos daba energía para seguir pedaleando. Una hora después, el añil del cielo se unió en el horizonte al azul del mar.
Mirando hacia el sur divisamos la primera puerta torii del templo de Meoto Iwa. Las bicis nos llevaron por la orilla del mar hasta cerca de la puerta, allí nos bajamos y entramos a pie en territorio sagrado. Pasear entre el mar y los acantilados despertó reminiscencias de mis paseos por el borde del Peñón de Ifach junto a mis padres. También nos hizo recordar Miyajima, otro lugar precioso de Japón en el que el mar y la tierra firme se funden en un templo.
El iPhone con Hipstamatic fue el primero en capturar a Izanagi e Izanami, al marido y la mujer, a Meoto Iwa 夫婦岩:
Y después fue la Hasselblad, que sacó unos azules preciosos:
Hacía tiempo que no me hacia una foto en plan turista. Sara se encargó de tomar está instantánea en la que parece que acabo de salir del DeLorean de Doc y McFly:
Y en la siguiente todo el equipo de exploradores de rincones preciosos de Japón:
La fuerza de la Luna haciendo que la marea suba y baje, las nubes, la intensidad de la luz del Sol, la hora del día, la fuerza del viento y las olas, el día del año, el ángulo desde donde mires… son factores que influyen en cómo verás las rocas de Meoto Iwa cuando las visites. Dicen que uno de los mejores momentos para ver Meoto Iwa en su máximo esplendor es al amanecer durante los meses de Mayo, Junio y Julio, en los que se puede ver el Sol naciendo en el horizonte enmarcado entre las dos rocas y la cuerda shimenawa. Con mucha suerte, si hace buen tiempo, también se puede ver la silueta del Monte Fuji.
Al igual que Yamatohime, nosotros tampoco nos conformamos con ver Meoto Iwa una vez. Después de nadar por el mar y comer un filetón de ternera volvimos a ver las dos rocas otra vez.
Al volver a nuestro ryokan al final del día me entraron ganas de volver a ver Kikuhiro no Natsu, la imagen de las rocas alzándose sobre el mar se entremezcló en mis pensamientos con las piedras que surgen de la grava del jardín seco de Ryoanji y me pregunté si las dos rocas (Izanagi e Izanami) siguen hablando por las noches cuando nadie les observa recordando los tiempos en los que tuvieron que encargarse de crear Japón.
Septiembre de 2011
La cuerda que enlaza las dos rocas de Meoto Iwa se cambia tres veces al año: en Mayo, en Septiembre y en Diciembre. El próximo cambio toca en septiembre de este año. La cuerda no cayó del cielo, son estos hombres luciendo culo y pantorrilas los que se encargan de cambiar la cuerda:
«El tiempo es muy lento para los que esperan, muy rápido para los que temen, muy largo para los que sufren, muy corto para los que gozan; pero para quienes aman, el tiempo es eternidad». – William Shakespeare
Que curiosa la cuerda entre las dos rocas 😀
Me gusto el relato y las fotos. Parece que disfrutaron de un hermoso dia de verano. Por aqui (Buenos Aires) es invierno, sin embargo, hoy me desperte con un sol radiante entrando por la ventana de mi dormitorio y ahora estoy cocinando los planes del dia, ojala resulte tan epico como el de Ustedes!
Ah, y el sombrero si me recuerda al del Dr. Emmett Brown en 1955, Que buena saga!!!
La verdad te agradezco con este material. Yo soy profesora de Lenguaje y Literatura Universal, en Argentina y doy clases a adolescentes de 12 a 18 años, los niños más pequeños están realizando un trabajo que abarca todas las mitologías del mundo. Una de ellas, son las leyendas japonesas y ciertamente estuve buscando algunos libros pero era muy poquito. Ya copie este post y el anterior y ya pasarselo al grupo que los debe presentar. Desde ya, muchísimas gracias, tu aporte es excelente
Caray con la costumbre de reconstruir y reconstruir de los japoneses.
Y vaya diferencia entre la foto hecha con el iPhone, y la hecha con la Hasselblad!
Un vídeo dice más que mil fotos:
¡Me ha gustado mucho el post!
Que elegante con el boushi
Hector, que opinas del mundo host japonés?
He aquí mi opinión:
http://www.daisharin.com.ar/2011/07/un-host-en-japon.html
(¡Saludos Asturiana!)
¡Viva España!
Además de información, transmites la emoción.
Gracias Hector
¿Lo de la foto de la Hasseblad es una broma verdad? si me dices que la has hecho con el móvil o una compacta me lo creo. Las otras dos únicas explicaciones que se me ocurren son que se te ha caído la cámara y está realmente perjudicada o que en el proceso de reducirla de tamaño y subirla a la web la has destrozado.
Sí, te falta la peluca blanca para tener el look completo de Doc XD
Muy buena entrada, al igual que la anterior. Otro sitio más que me apunto para visitar cuando vaya a Japón. A este paso, tendrías que sacar otro libro, en plan guía turística, recomendando los lugares más exóticos que hayas visitado de Japón.
1. Me uno a la opinión de Kikuchiyo.
Estos posts que mezclan parte de la «historia mitológica» de japón me están gustando mucho, ya que personalmente me parece una de las facetas más interesantes de japón.
Sigue así, es un trabajo genial! 😀
Muy bueno
Hey Hector, mucho gusto, ¿sabes? desde hace meses eh estado buscando tu libro un geek en japón, pero no lo encunetro, entre a la tienda de norma comics pero no me aparece. Soy de mexico, pero quiero consegurilo de verdad, me gusta mucho por lo que pude ver en un pdf que subiste. Por fa ayudame >.< y si tu puedes mandarmelo dime como podemos hacerle.! Espero tu respuesta
28 de julio a
¿Y no te pasaste por el parque de atracciones Ninja que hay al otro lado de la carretera?.
Disparé con una escopeta de corchos, tiré unas flechas con un arco para ganar un sable de tela, tiré unos dardos a las caras de personajes de TV que no conocía, me hicieron actuar en una tristisima obra de teatro, casi me matan varias veces en sus casetas del horror… todo risas vintage para ir a descansar viendo las piedras.
Gloria Bendita.