Los dos trastos de la última foto son fundamentales en la vida japonesa, los tienen el 99% de las casas. El arroz cocido se come casi a todas horas y el aparato para calentar agua se usa tanto para preparar tés como para preparar comidas deshidratadas. Tengo que confesar que fracasé muchas veces antes de dominar las maquinas cocineras japonesas, pero luego es un aténtico lujo tener siempre arroz calentito y agua para preparar sopas y ramen. Te montas una cena en cuestión de tres minutos.
Las casas y edificios en Japón son por lo general bastante feas, por no decir horribles, pero se supone que están preparados para aguantar terremotos. No se a vosotros, pero la primera vez que vi un edificio típico de «estudios individuales» japonés me vino a la mente la película El quinto elemento.
Puertas al más puro estilo «El quinto elemento».
Mi puerta….
Por cierto, este post también es memeable si queréis.
Sony se fundó en 1946 y su primer producto para el consumidor fue un aparato para cocer arroz. Empezaron a crecer y montaron la primera planta productora de transistores en Gotenyama con la que se crearon las primeras radios portátiles.
Sony TR-63 de 1957.
Pero pronto necesitaron salir de Tokyo y buscar una nueva localización para la que sería durante años la mayor planta de producción de semiconductores del mundo, superando a las fábricas que tenía Texas Instruments en los Estados Unidos. Esta nueva fábrica de Sony se situó en Atsugi, un pueblo rural que se dedicaba al cultivo de fresas cercano a Tokyo.
Fábrica de Sony en Atsugi en la actualidad (2005).
Se escogió Atsugi por su situación justo al lado de la autopista Tomei y al lado del río Sagami. Gracias a está fábrica de Sony, Atsugi se ha convertido en una ciudad con más de 200.000 habitantes donde hay importantes centros de investigación y producción de Nissan, Ricoh, Ntt, Canon, Asahi Kasei etc. La fábrica de Atsugi sigue siendo hoy en día uno de los mayores centros de investigación y produción de Sony.
Resulta que he estado viviendo ocho meses al lado de esta fábrica de Sony. Os dejo con algunas fotos de la zona que muestran como la tradición, la tecnología y la vida diaria de los japoneses conviven en paz y armonía.
El martes fuimos los compañeros de trabajo a ver Batman al cine a un pueblo cercano llamado Ebina. En España solía escuchar a la gente decir que en Japón los cines tiene precios prohibitivos. La verdad es que son un poco caros, pero no tanto, sobre unos 10 euros al cambio. Lo cual no es tanta diferencia, además teniendo en cuenta que he notado que las palomitas y bebidas son sensiblemente más baratas aquí.
Templo a la entrada del cine.
Al lado de las taquillas de los cines japoneses suele haber una tienda con todo tipo de merchandising. En esta ocasión estaba llena de productos de Star Wars. Uno de los artículos más interesantes es la máscara de Darth Vader con «Voice Changer» incorporado (Creo que también está a la venta en España).
Darth Vader Voice Changer
También había sables lásers con los que Emanuel y yo estuvimos jugando. Incluso grabamos un vídeo:
Después llegó el momento de Batman. Por supuesto en inglés con subtítulos en Japonés, y es que aunque los japoneses no se enteren de nada del inglés parece ser que prefieren ver las películas en versión original. El problema viene cuando quiero ver una película china o koreana, donde realmente sufro leyendo los subtítulos en japonés durante dos horas. Me he dado cuenta que España es uno de los pocos países donde se doblan prácticamente todas las películas.
Este es mi dulce hogar en España. Echo de menos la playita y el sofá.
Y aquí es donde se supone que vivo ahora en Japón. La zona está borrosa probablemente porque vivo al lado de una de las mayores factorías de semicondutores de Sony.
Ya tenemos un listado de todos los participantes -a falta de cerrar quizás una plaza más- que formarán parte de la beca el próximo año, en total unos 28 a día de hoy. Me he animado a hacer una pequeña gráfica con la procedencia de los Vulcanus, y la verdad es que -quizás en parte debido al efecto kirai- la participación española es simplemente brutal.