Uno de esos pequeños detalles que te cambian el día a día aquí en Japón es que las empresas no «intentan timarte».
Me explico, si quiero beber una Coca-cola fresca en Tokyo me va a costar entre 100 y 150 yenes según la compre en una máquina, un supermercado o una tienda 24 horas. La Coca-cola más cara cuesta un 50% más que la barata. En cambio, si quiero beber una Coca-cola/Pepsi en Barcelona me va a costar entre 50 céntimos y 4 euros según donde la compre, ¡¡¡la más cara es ocho veces más cara que la barata!!! Y digo cuatro euros porque es lo que me cobraron a mí por una lata en un kiosko de Montjuïc hace un par de años; me sentí timado, muy timado. En Tokyo, yo se que una lata de Coca-cola no me va a costar más de 150 yenes (menos de un euro).
No digo que no haya cosas caras en Japón, lo que quiero decir es que los precios están mucho mejor puestos para que el usuario no se sienta frustrado. Por ejemplo, el transporte público aquí es bastante caro, pero funciona a las mil maravillas; pagas más pero recibes un servicio mejor.
Otro ejemplo sería el de los restaurantes, en España te cascan 10 euros por un bocadillo de jamón seco y un zumo de naranja; caminas tres manzanas y encuentras un lugar donde puedes comer un plato de pasta decente, ensalada y postre por el mismo precio. ¡Te sientes timado! Aquí en Japón se que cuanto más pague, mejor voy a comer, y cuanto menos pague peor voy a comer. Por cierto, en Tokyo se puede comer por cuatro euros e incluso menos.
Restaurantes, bebidas, establecimiento de la llamada, tarifas de Internet… son típicos ejemplos de cómo en España los negocios intentan exprimir al máximo al cliente. Por supuesto en Japón las empresas también intentan sacar los máximos beneficios, pero normalmente el método que siguen es el de hacer las cosas mejor para poder cobrar más por sus servicios.
He intentado recordar si me he sentido timado alguna vez en Japón, y la verdad es que sí. No me gusta que me cobren comisión al sacar dinero de un cajero automático según la hora/día. Por lo demás no tengo ninguna queja.