El Ginkgo Biloba es un árbol «fósil» originario de China. Es una especie que existe desde el periódo «Pérmico», ¡antes que los dinosaurios de Parque Jurásico! Es muy especial porque no tienen ningún “familiar”, así que se creó una división para su especie.
El Ginkgo Biloba es un árbol muy fuerte (Por algo ha sobrevivido tantos milenios sin apenas cambios), es uno de los árboles que mejor se adaptan a ambientes urbanos y es cada vez más utilizado no sólo en Asia sino también en Estados Unidos y en ciudades europeas. Cuando cayó la bomba atómica en Hiroshima, uno de los pocos seres vivos que sobrevivieron estando a menos de dos kilómetros del hipocentro de la explosión fueron cuatro Ginkgos. Podéis ver las fotos de los cuatro árboles que sobrevivieron en esta web.
A mi me encanta cuando en otoño, en al época del kouyou (紅葉 : caída de la hoja de los árboles caducifolios), las hojas hojas del Ginkgo Biloba cubren como si de una alfombra amarilla se tratara las monótonas y repetitivas calles tokiotas.
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Estas fotos las he sacado con diferentes cámaras durante los dós últimos años. Todavía me queda mucho para acercarme a la calidad de esta impresionante foto de mi colega Tommy Oshima.
Además de la extrema longevidad de la especie, es un árbol con muchas propiedades medicinales. A partir de su fruto se hacen suplementos vitánimicos y a partir de sus hojas se hacen medicinas y suplementos que se supone que mejoran la memoria y agudizan los sentidos. Este tipo de suplementos de Ginkgo son muy populares en los Estados Unidos, donde hay gente que incluso los cultiva. En China también se usa en recetas desde hace milenios y se cree que tiene poderes afrodíacos. También dicen que es bueno para la gente que padece Alzheimer. Está comprobado que ayuda a mejorar la circulación sanguínea y es un potente antioxidante.
Aquí podéis leer más sobre el fruto del Ginkgo Biloba y gracias a Carlos, quién me ha contado montones de cosas sobre este misterioso árbol y despertó mi curiosidad.