Ayer hablábamos del fenómeno de la superconductividad y de algunas de las aplicaciones que podría tener en el futuro. Los japoneses, que son líderes mundiales en temas de superconductividad, consiguieron poner un tren a 581 km/h hace dos años gracias a el uso de tecnología/imanes superconductores. Éstas tecnologías superconductoras tienen el nombre de «Maglev», que viene de Magnetic Levitation.
Por ahora no se alcanzan estas velocidades en viajes comerciales pero se están haciendo muchos experimentos para asegurarse de que viajar a velocidades medias de 500km/h en tren es seguro. En Alemania también investigan mucho en estos temas y ya tienen trayectos comerciales que se acercan a los 400km/h. En Shanghai también hay una línea comercial con trenes Maglev que recorren 30 km en unos ocho minutos, pero la mayoría de materiales y tecnología para construir esta línea vienen de Alemania y Japón. En Japón también hay algunas líneas cortas que usan esta tecnología.
Este es el prototipo japonés, es el más rápido del mundo y se acerca a los 600 km/h.
Esquema de las vías del tren con tecnología Maglev.
En este otro esquema de la wikipedia se ve intuitivamente el secreto del funcionamiento básico de los trenes Maglev.
Ahora mismo la mayoría de la tecnología base que se está usando para construir nuestras famosas líneas del AVE viene de Alemania y de Japón. ¿Porqué? Pues porque no investigamos y simplemente traemos las cosas de fuera, es más cómodo, parece más barato, pero a la larga puede traernos problemas. Por ejemplo, ¿Sabíais que las dos grandes ciudades de Japón (Que están separadas aproximadamente 500km, al igual que Madrid y Barcelona) ya estaban conectadas con un tren de alta velocidad en 1964? Aquí, después de 40 años aun no podemos ir desde Madrid hasta Barcelona en AVE.
En Japón, por ejemplo, el gobierno dio hace unos años una animalada de millones para construir el mejor centro de investigación de trenes del mundo. Se trata de un tramo de 42 km de vía de tren para hacer pruebas. En estas vías se hacen pruebas de aerodinámica, se pruebas nuevos imanes, se prueba a ver que pasa si se cruzan dos trenes a 500km/h (lo que equivale a más 1000km/h de velocidad relativa) etc. Todo esto parece no tener ninguna aplicación, pero la realidad es que están saliendo un montón de patentes sobre aerodinámica, superconductores y mecánica desde este laboratorio, además de ayudar a facilitar la creación de la mejor red de trenes de alta velocidad del mundo. En el futuro seguramente tengamos que pagar por sus tecnologías.
Uno de los prototipos Maglev que se prueban en Japón.
El propósito final de los japoneses es crear una nueva línea de tren «maglev», llamada Chuo Shinkansen, que conectará las dos grandes ciudades Tokyo y Osaka, separadas por 500km, en tan solo una hora. Aunque dicen que sería tan tan caro construirlo ahora mismo que se están concentrando en buscar fórmulas y tecnologías que reduzcan los costes.