Por la mañana fuimos Julien, Carlos y yo a ver en Museo de Arte Occidental en Ueno. Este museo no es una visita obligada, pero resulta que hasta diciembre hay una exposición especial con obras de Henry Matisse. Impresionante la exposición, vimos más de 200 obras de Matisse traídas de los museos más importantes del mundo.
Entrada del Museo en Ueno.
Concierto en la entrada del Museo de Arte Occidental.
Luego seguimos dando vueltas y terminamos en un concierto de Rock de los 70 donde tocaban grupos japoneses. Muy cachondo el concierto y las pintas de los japoneses, además la bebida y la entrada eran gratuitas. Ummm, me está gustando el parque Ueno, hay muchas opciones de ocio: 8 museos, varios templos, salas de conciertos, jardines, un zoo …
Rockeros japoneses
Foto con el grupo de rockeros sin las barbas postizas.
Templo Meiji al lado del lago en Ueno.
Marchamos hacia Akihabara que está bastante cerca de Ueno. Allí vimos uno de los juguetes que más está triunfando entre los chavales japoneses. Una especie de juego de fútbol donde se manejan unos pequeños robots con mando a distancia.
Fútbol Robótico Japonés
Después fui a comprarme un IPod a una tienda libre de impuestos. Es la mejor opción cuando quieres comprar algún producto que de alguna manera tiene el precio estandarizado, te puedes ahorrar unos 2000 o 3000 yenes. Me compré el nuevo IPod de 20 gigas. Pero lo mejor fue la tienda de al lado donde conseguimos la gran foto friki del día.
Yoda con Carlos, el Gran Maestro de la orden de los invertidos.
En la tienda vendían una réplica original del sable de Obi-wan Kenobi por 200.000 yenes. Sables de Luke SkyWalker, el casco de Dark Vader y otras frikadas de Star Wars a precios astronómicos. Eso en la primera planta, las otras 5 plantas de la tienda (Todo un edificio) era hentai y porno. Si si, como suena, tal cual os lo cuento, Star Wars y porno en la misma tienda; muy típico de Akihabara 😉
Por la noche me fui con 20 japoneses de mi residencia a una cena de empresa. Fuimos a comer a un buffet libre todo pagado y luego a un Karaoke. Lo del Karaoke es muy muy típico japonés. Subimos a la séptima planta de un edificio. Allí nos atendieron y nos asignaron una sala particular con sofás, cuatro pantallas de televisión enormes, luces de discoteca y desde las paredes de cristal podíamos ver todo Tokyo. También teníamos una especie de libros con aspecto de guía de teléfonos donde venía un inventario de todas las canciones que se pueden poner, están ordenadas de forma alfabética, buscas el nombre de la canción o autor y al lado hay un número que hay que introducir en el mando de la tele. Intenté cantar en japonés alguna cosilla leyendo de la pantalla, pero pufff, salían los kanjis a demasiada velocidad.
En el karaoke con los japoneses
Muy completo y muy friki el día.