A Quentin Tarantino le encanta la cultura japonesa, ha estado multitud de veces de visita en Japón y se confiesa fan del cine japonés. En Kill Bill se puede apreciar la visión «tarantino» de Japón: bastante sangrienta pero con estilo, con cierto feeling iki. En su última visita a Tokyo estuvo comiendo con Brad Pitt delante de las cámaras y también aprovechó para aparecer como actor en el último anuncio de Softbank Mobile protagonizado por la mascota otosan, el perro más famoso de Japón.