A los usuarios les importa cada vez menos el nombre de la tecnología que les permite comunicarse. Con la expansión de los smartphones durante los últimos años lo que piden los usuarios es más velocidad de transmisión, no importa si es Wifi 802.11, 3G o HSDPA, lo importante es poder ver fotos y vídeos de alta calidad sin tener que esperar durante varios segundos a que se carguen.
El consorcio 3GPP lleva años trabajando en definir una serie de estándares que definen la próxima generación de comunicaciones móviles 4G. Hasta ahora Japón casi siempre se había desmarcado bastante del resto del mundo definiendo sus propios estándares de telecomunicación supuestamente mejores. En la época de introducción de 3G, las operadoras japonesas no tuvieron paciencia a que todo el mundo se pusiera de acuerdo y lanzaron antes sus propias redes.
Por ejemplo, Docomo puso en marcha la que se considera como la primera red 3G comercial de la historia en mayo del 2001, la llamaron FOMA y estaba basada en W-CDMA, una interfaz de comunicación 3G que con el tiempo fue aceptada por la comunidad internacional pero que nunca fue utilizada fuera de Japón. Docomo todavía utiliza FOMA hoy en día, el coste de tener que mantener una red basada en su propia tecnología durante tantos años es muy alto. Una vez más, parecía que Docomo iba a cometer el mismo error desarrollando su propia tecnología que se llamaría Super 3G. Hace dos años, durante el curso de la investigación y desarrollo dirigidas a definir Super 3G, lograron velocidades de transmisión teóricas de hasta 350Mbps de bajada y 75Mbps de subida. Todo indicaba a que la historia se iba a repetir y que Docomo se iba a adelantar al resto del mundo utilizando su propia tecnología.
Pero finalmente, después de muchos años de investigación, Docomo ha decidido abandonar su tecnología Super 3G y optar por atenerse al proyecto internacional LTE. Seguramente decidieron que esta vez era mejor esperar a que la comunidad internacional se pusiera de acuerdo que lanzar al mercado su propia tecnología y luego tener que mantenerla en solitario.
NEC, Fujitsu y Panasonic ya tienen casi listos sus primeros móviles LTE y Docomo podrá dar servicio con su nueva red a partir de octubre de este año. En China y Estados Unidos también empezarán a dar servicio a partir de finales de este año; en España, la comercialización de redes LTE llegará durante el 2011.
Docomo espera poder dar servicio usando LTE con velocidades de 32Mbps de bajada a finales de año e ir subiendo esa velocidad hasta algo más de 100Mbps durante los próximos años. Los fabricantes de dispositivos móviles se están preparando para la revolución que está a la vuelta de la esquina, la velocidad de transmisión está a punto de dejar de ser un cuello de botella, pero para poder aprovechar estas nuevas velocidades necesitamos móviles con procesadores más rápidos, con más memoria, mejores cámaras y pantallas con resoluciones más altas. Por ejemplo, Sharp está preparando un smartphone que vendrá equipado con una cámara de 21 megapíxeles, esperan que enviar una foto de más de 20 megabytes de tamaño con un teléfono no será un problema durante los próximos años.
Smartphones como el iPhone y el Blackberry han hecho que nuestra forma de acceder a la red, nuestra forma de comunicarnos y de interactuar, nuestra forma de utilizar el móvil en general cambie por completo: la comunicación por voz ha dejado de ser tan importante como hace unos años, lo importante ahora es poder intercambiar paquetes de datos a alta velocidad. Para poder aprovechar las nuevas posibilidades que nos están brindando estas nuevas generaciones de dispositivos móviles necesitamos una nueva infraestructura, LTE es la gran apuesta de Japón y también de la gran mayoría de operadoras del mundo.
La ubicuidad de las redes de telecomunicaciones va a ser aún más homogénea durante esta nueva generación de protocolos que durante la era 3G. Aunque la transición va a ser larga y costosa, los mayores beneficiados seremos los usuarios.
Este artículo lo escribí originalmente para la edición impresa de El Ciberpaís