La energía solar espacial es una idea que presentó por primera vez Isaac Asimov en una historia corta en 1941 pero que nunca se ha hecho realidad, sobre todo por temas de costes. La idea consiste en tener paneles solares en órbita y transmitir la energía recolectada a la superficie de la tierra utilizando un transmisor de microondas o un emisor láser. Estados Unidos ha descartado la idea varias veces en las últimas décadas habiendo gastado varias decenas de millones de dólares en «feasibility studies». En cambio en Japón, la JAXA (Japan Aerospace Exploration Agency), se ha puesto manos a la obra y ya está probando los primeros prototipos. La agencia espacial japonesa suele ser buena llevando a cabo proyectos espaciales con poco dinero (Comparado con otras agencias aeroespaciales) como por ejemplo en el caso del éxito de Hayabusa.
Este es el diseño de energía solar espacial propuesto por Japón:
Rectena en el mar.
En el último experimento llevado a cabo el año pasado consiguieron transmitir 10kW a 500 metros. Esta es una foto de la rectena que se utilizó en el experimento.
De aquí dos años la JAXA lanzará el primer satélite y comenzará a hacer las primeras pruebas de transmisión desde el espacio a tierra. Uno de los problemas técnicos más difíciles de resolver es «apuntar bien» el beam de microondas, algo que según Yasuyuki Fukumuro es algo en el que ellos son los mejores: «Transmitting microwaves from an altitude of 36,000 kilometers to a flat surface 3 km in diameter is like threading a needle. In my opinion, Japan currently has the most advanced technology to do this.»
Después del primer experimento espacio-tierra planeado para el año 2018, la JAXA planea poner en órbita un colector solar de 100kW en el 2021 y otro de 200kW en el 2028.
En cuanto a seguridad, la irradiancia se mantendrá por debajo de los 10 watts por metro cuadrado.