Danny, que sabe que Ghost in the Shell es uno de mis animes-mangas favoritos me ha regalado una fabulosa maqueta de armazón metálico de un robot tachikoma. Este es el aspecto de un tachikoma en la serie de animación:
Y este es el aspecto de mi Tachikoma después de montarlo.
Tachikoma es un robot de asistencia a la policía del futuro con anatomía arácnida. Lo curioso de su forma de moverse es que aunque tenga cuatro patas, en vez de «pies» tiene ruedas al final de sus extremidades.
Lo que más me da que pensar de los tachikomas es la forma de funcionar de su inteligencia artificial. Resulta que si tienes un grupo de robots tachikoma se pueden comunicar entre ellos, discutir, intercambiar opiniones, decidir la mejor estrategia para desactivar varias bombas en un edificio como si de humanos se tratara etc. Una vez se ponen de acuerdo pasan a la acción ejecutando el plan según lo acordado y ayudan en una misión policial.
Cada tachikoma tiene experiencias diferentes durante una misión, y cada uno aprende cosas diferentes. Lo interesante es que al final del día todos los «cerebros» de los tachikomas de una patrulla de policía se sincronizan, es decir, todos los tachikomas terminan sabiendo exactamente lo mismo al final del día! Si lo pensáis un poco, este sistema de sincronización de cerebros da lugar a un montón de preguntas que rozan lo filosófico. Al principio del día todos los tachikomas son iguales y tienen la misma personalidad pero conforme avanza el día cada uno se va diferenciando según las experiencias que tiene. Por la mañana están de acuerdo en casi todo, pero conforme avanza el día, sus personalidades van divergiendo más y surgen más conflictos a la hora de toma de decisiones de grupo.
¿Que os parece el sistema de «sincronización» de los tachikomas? ¿Os dejaríais sincronizar vuestro cerebro con otra persona? ¿O pensáis que es mejor diferir entre personas para tener diversidad e innovar? ¿Pensáis que vivir con otras personas o compartir experiencias con gente es una forma de «sincronización» en cierta medida? Por ejemplo, yo he notado que me es más fácil relacionarme y me es más fácil entender las ideas y opiniones de personas que leen el mismo tipo de libros que yo. Leer lo mismo, ver las mismas películas, ver las mismas noticias, leer el mismo periódico… vivir todos en el mismo país es también quizás una «sincronización» de nuestros cerebros, lo que llamamos sociedad-cultura.
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