Si tuviera que participar en un concurso de incultos y tuviera que elegir un tema en el que soy un incompetente, después del fútbol elegiría la música.
El fútbol lo ignoro de forma consciente. En algún punto de mi vida decidí no almacenar más datos futboleros en mi cerebro, me quedé en Rivaldo, Figo, Roberto Carlos, Ronald Koeman y Ronaldo.
En el caso de la música, la cantidad de estilos y opciones que tenemos hoy en día me abruma tanto que cuando puedo elegir siempre termino escuchando música clásica. Poco a poco estoy ampliando mis gustos, sobre todo cuando alguien me guía o recomienda algo nuevo.
La semana pasada, Francesc, un rockero de la vieja escuela, me llevó a uno de sus tres bares favoritos del planeta Tierra, está aquí en Tokio dentro de un vagón de tren. Yo no lo conocía, fue mi primera vez.
En la barra apenas cabemos diez personas. Además de beber y jugar al ajedrez con un tablero que hay en la barra, los clientes le podemos pedir cualquier tipo de música rock a Azu-chan, la camarera del local. Es un bar para charlar, escuchar música rock y jugar al ajedrez ¡Me encantó! El rato que estuvimos escuchamos mucho Green Day, banda que he añadido esta semana a mi recién estrenado repertorio de música rock.
Días más tarde, paseando por la orilla del mar me paraba cada diez pasos para hacer fotos del mar. No me gusta tener que hacer esperar a alguien que no hace fotos, pero no lo pude evitar, el cielo estaba difuminado y perfecto para sacar una foto imitando los horizontes del fotógrafo Hiroshi Sugimoto.
Una de las veces que hice esperar a Francesc mientras sacaba una foto del horizonte (La foto de arriba en esta entrada) le conté que estaba intentando hacer una foto como la de la portada del disco «No Line on the Horizon» (La foto de abajo en esta entrada), el último disco de U2. Resulta que Francesc no lo conocía, me sentí orgulloso de haberle hecho descubrir algo nuevo sobre música, al igual que él seguramente se sintió orgulloso al haberme llevado al bar del vagón de tren.
Y así fue como el viajero le enseñó un nuevo lugar de Tokio al que lleva diez años viviendo en la ciudad y el fotógrafo le enseñó al rockero el nombre del último disco de U2.
Por muy experto que seamos en un tema siempre hay algo nuevo que aprender o descubrir.
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