Construyendo webs escalables

«Building Scalable Websites» es el nombre del libro de moda en Silicon Valley. Un libro que todo desarrollador web debería tener en la mesa de trabajo y que servirá para que tu proyecto «web2.0» no se venga abajo por tener demasiado éxito.

Si algo he aprendido desde que estoy trabajando en Technorati es que es muchísimo más difícil y costoso desarrollar y mantener una aplicación web que es usada por varios millones de personas al día que una aplicación web usada por «tan solo» unas decenas de miles de personas al día.



Para no fracasar en el paso de ser una web de pocos usuarios a ser una web usada por millones hay que saber «escalar» de forma correcta, con el mínimo dinero posible, y rápidamente. Los que mejor saben hacer esto son la gente de Google, Yahoo y similares que dan servicio a miles de millones de peticiones al día sin apenas problemas. Por ejemplo, en este artículo tenéis la apasionante historia de la evolución del código – infraestructura – servidores de Myspace, quizás una de las aplicaciones web que más rápidamente ha tenido que «escalar» en los últimos años.

El libro «Building Scalable Websites» está escrito por el programador jefe de Flickr (La mente principal que ha trabajado desde el comienzo de Flickr), otra aplicación web con una estabilidad y capacidad de procesar enormes cantidades de datos sin precedentes. Lo bueno del libro es que está escrito en un estilo muy directo, sin andarse con rodeos, explicando problemas con los que se encontraron al montar Flickr y cómo los solucionaron con ejemplos concretos reales (Mostrando código fuente de Flickr). Explica cómo montar un API, como montar un entorno de desarrollo, cómo escalar Mysql, balanceo de cargas, protección contra ataques, internacionalización sin morir en el intento, sindicación, escalando Apache y Php, caching, messaging services etc.

Flickr sirve 5.000 páginas por segundo, tiene 100.000 líneas de código php en funcionamiento, y sus usuarios generan 60.000 transacciones en las bases de datos por segundo. Aun así es una de las aplicaciones web más estables que conozco. Aprender de la mente que ha creado tal maravilla es un placer, sin duda uno de los mejores libros técnicos que conozco.

Blind Willow, Sleeping Woman

Es el quinto libro de Haruki Murakami que leo (Hard boiled wonderland and the end of the world, Kafka on the shore, Dance dance dance, Norvegian Wood). «Blind Willow, Sleeping Woman» se diferencia de los libros anteriores en que no es una novela sino una recopilación de relatos cortos.

Las primeras historias del libro las escribió en los 80 y las últimas en el 2004,2005. Por lo que se puede apreciar en cierta medida la evolución en la forma de escribir de Haruki. Además algunas de las historias cortas que incluye el libro constituyeron la base para la creación de novelas enteras.

A continuación copio un par de pasajes del libro que me llamaron la atención que gustarán a los fans de Haruki y seguramente llamen la atención a aquellos que no hayáis leído nunca un libro de Haruki Murakami.

«Do you like music?» she asked me.
«I do if it´s nice music in a nice world», I said.
«In a nice world there is no nice music», she said, as if revealing some deep secret. «In a nice world the air doesn´t vibrate».

She waited for the train to pass. Then she said, ‘I sometimes think that people’s hearts are like deep wells. Nobody knows what’s at the bottom. All you can do is guess from waht comes floating to the surface every once in a while.’

Creo que «Blind Willow, Sleeping Woman» no está traducido al español, ¿alguien sabe algo? Por cierto, el próximo libro de Murakami saldrá a la venta en inglés de aquí unos meses aunque ya se puede hacer un pre-order en Amazon.

Asnos estúpidos

Naron, de la longeva raza rigeliana, era el cuarto de su estirpe que llevaba los anales galácticos.
Tenía en su poder el gran libro que contenía la lista de las numerosas razas de todas las galaxias que habían adquirido el don de la inteligencia, y el libro, mucho menor, en el que figuraban las que habían llegado a la madurez y poseían méritos para formar parte de la Federación Galáctica. En el primer libro habían tachado algunos nombres anotados anteriormente: los de las razas que, por el motivo que fuere, habían fracasado. La mala fortuna, las deficiencias bioquímicas o biofísicas, la falta de adaptación social se cobraban su tributo. Sin embargo, en el libro pequeño no había habido que tachar jamás ninguno de los nombres anotados.
En aquel momento, Naron, enormemente corpulento e increíblemente anciano, levantaba la vista, notando que se acercaba un mensajero.
— Naron -saludó el mensajero-. ¡Gran Señor!
— Bueno, bueno, ¿qué hay? Menos ceremonias.
— Otro grupo de organismos ha llegado a la madurez.
— Estupendo. Estupendo. Actualmente ascienden muy aprisa. Apenas pasa año sin que llegue un grupo nuevo. ¿Quiénes son ésos?
El mensajero dio el número clave de la galaxia y las coordenadas del mundo en cuestión.
— Ah, sí -dijo Naron-. Lo conozco. -Y con buena letra cursiva anotó el dato en el primer libro, trasladando luego el nombre del planeta al segundo. Utilizaba, como de costumbre, el nombre bajo el cual era conocido el planeta por la fracción más numerosa de sus propios habitantes.
Escribió, pues: La Tierra.
— Estas criaturas nuevas -dijo luego- han establecido un récord. Ningún otro grupo ha pasado de la inteligencia a la madurez tan rápidamente. No será una equivocación, espero.
— De ningún modo, señor -respondió el mensajero.
— Han llegado al conocimiento de la energía termonuclear, ¿no es cierto?
— Sí, señor.
— Bien, ése es el requisito -Naron soltaba una risita-. Sus naves sondearán pronto el espacio y se pondrán en contacto con la Federación.
— En realidad, señor -dijo el mensajero con renuencia-, los Observadores nos comunican que todavía no han penetrado en el espacio.
Naron se quedó atónito.
— ¿Ni poco ni mucho? ¿No tienen siquiera una estación espacial?
— Todavía no, señor.
— Pero si poseen la energía termonuclear, ¿dónde realizan las pruebas y las explosiones?
— En su propio planeta, señor.
Naron se irguió en sus seis metros de estatura y tronó:
— En su propio planeta?
— Si, señor.
Con gesto pausado, Naron sacó la pluma y tachó con una raya la última anotación en el libro pequeño. Era un hecho sin precedentes; pero es que Naron era muy sabio y capaz de ver lo inevitable como nadie en la galaxia.
— ¡Asnos estúpidos! -murmuró.

Isaac Asimov

Hard-boiled Wonderland and the End of the World

He terminado de leer «Hard-boiled Wonderland and the End of the World», un libro de Haruki Murakami que creo que no se ha traducido al español. Es el libro más surrealista de Haruki que he leído hasta el momento y también el que menos me ha gustado, quizás no lo haya llegado a entender del todo 🙂

El libro tiene su puntillo «geek» porque el protagonista puede usar su cerebro para buscar combinaciones de números a alta velocidad, también aparecen ciertas asociaciones secretas en Tokyo que juegan con el cerebro de las personas y da la sensación de que toda la acción se desarrolla en un futuro próximo.

A continuación algunos extractos que me llamaron la atención:

Your plain fat woman is fine. Fat women are like clouds in the sky. They’re just floating there, nothing to do with me.

You have to endure. If you endure, everything will be fine. No worry, no suffering. It all disappears. Forget about the shadow. This is the End of the World. This is where the world ends. Nowhere further to go.

We did thorough tracings of your cognitive systems. Then we made up simulations for storage in a main computer bank. We did it as a kind of insurance; you´d be stuck if anything happend t’you.

Por cierto, hay quien dice que los «INKlings» que aparecen en el libro son Kappas. Recomiendo el libro en especial a Fabrizio (Algernon), creo que le gustará.

Otros libros de Haruki Murakami:

La vida es más o menos una pérdida de tiempo

…People ask me what they should do to become a writer. But I don’t know how to answer. If you don’t have the talent it’s a waste of time. But life itself is more or less a waste of time. So, I don’t know…

Life is a waste of time?

More or less, I guess….But maybe I enjoy wasting time. I have so many things that I love–jazz, cats, maybe girls. Books. They help me to survive my life. I have a talent for writing, but I always feel like I’m wasting my time… Seguir leyendo entrevista a Haruku Murakami

Libros de Haruki Murakami: