Poco a poco nos fuimos adentrando en las montañas explorando los diversos templos, cementerios y jardines. De camino encontramos una casa de estilo tradicional abierta al público con un pequeño jardín. No había nadie, así que nos apoderamos de la casa y reposamos sobre el tatami respirando la tranquilidad de las montañas.
Aitor saliendo al jardín.
Aitor y Kike meditando.
Foto de grupo dentro de la casa.
Al final de la caminata llegamos a un cementerio en pleno bosque. Desde los claros del bosque se podía divisar toda la ciudad de Kyoto, pero lo más curioso era ver el estilo de las tumbas.
Aitor a la entrada de un templo.
Bajamos otra vez hacia la civilización y encontramos un pequeño restaurante donde estuvimos comiendo Tempura.
De izquierda a derecha: Javi, yo, Aitor y Magdalena
Con las energías repuestas continuamos explorando la zona este de Kyoto. Comenzamos a entrar en pequeñas calles con casas construidas en madera donde te sientes en cierta manera transladado varios siglos atrás cuando los samurais vagaban por los mismos lugares.
Al fin llegamos a la entrada del templo Kiyomizu-dera, uno de los templos más famosos de Japón. Se trata de un templo budista construido en madera en una ladera bastante empinada de la montaña. Kiyomizu, significa «agua pura», en las cercanías del templo hay varias fuentes que recogen agua de la montaña. Según dicen si te «purificas» con este agua vivirás más años, tendrás más salud y sacarás mejores notas en la escuela .
De izquierda a derecha: Javi, Aitor, Magdalena y Guayo purificandose.
Foto desde dentro del templo.
Otra de las leyendas dice que si te tiras por la barandilla del templo al bosque y sobrevives al salto un deseo se cumplirá. Esta práctica ha sido prohibida en la actualidad pero según wikipedia, en el periodo Edo se registraron 234 saltos y el 85.4% sobrevivieron. El salto es de poco más de 10 metros.
Asomándose a la barandilla desde la que antiguamente saltaban.
Panorámica del templo. Podéis observar en primer plano la famosa barandilla.
Foto de todo el grupo en el templo.
Terminamos la tarde tomando un té en la misma zona del templo.