No me cansaré nunca de daros las gracias a todos los que me leéis, los que comentáis en el blog y los que me escribís emails como estos:
Hola Héctor
Primero que nada presentarme, mi nombre es Rayko, soy de Tenerife, que supongo que la conocerás aunque sólo sea por vernos en una esquina cuando veías las noticias del tiempo. Soy un gran asiduo a tu blog y un apasionado de Japón. Despues de mi presentación lo que queda es darte las gracias por todo lo que estás haciendo. Partiendo de la base de que eres una persona como yo y muchos como yo, que sencillamente se ha buscado la vida fuera de su país. Pero haciendolo interesante al mismo tiempo. Has tenido la suerte de poder asentarte en Japón. Y con tu experiencias acercarlo a todos nosotros que te leémos. Has sabido ver las cosas que hacen Japón especial y has tenido la increíble capacidad para trasladarlo a un ordenador y de ahí al mundo. Yo personalmente la encontré por pura casualidad, y a partir de ahí, he ido alimentando mi curiosidad y mis deseos de conocer de tu blog. He conocido muchos rincones y he conocido muchas anécdotas. Y en serio que se agradece que tengas esa fuerza de voluntad, porque es difícil hacer lo que tu haces.
Despues de muchos años leyendo tu blog y habiendo tenido la fortuna de comprar tus libros, he podido ir a Japón y cumplir uno de mis sueños. Y todo este mensaje y este tostón viene a cuento de que me encantan tus fotos, te puedo asegurar que regresé con más de 5000 fotos echas allí, pero las tuyas captan la esencia de una forma mágica. Gracias a tu libro, he podido maravillarme de nuevo con templos, parques, jardines, lugares emblemáticos y lugares desconocidos que a menudo pasan desapercibidos a los ojos de muchas personas (como seguro pasaron en los míos). Pero lo que realmente me llena al abrir las páginas y contemplar las fotos, es que me trasladas, y me haces revivir los momentos tan maravillosos que viví allí. Cuando intentabamos ver el monte Fuji y nunca pudimos, cuando paseabamos por la bahía de Tokio, cuando visitábamos las calles «peligrosas» de Kabukichoo, o sencillamente cuando vimos la majestuosidad del Palacio Imperial. Lo recuerdo y me emociono y eso me pasa cuando veo tu libro. Seguramente pienses que sea una exageración pero sinceramente eso es lo que me pasa al recordarlo todo. Sólo pido que puedas volver a sacar otro libro más, y que vuelvas a encontrar rincones que te inspiren a darle al botón de tu cámara. Acércanos Japón tú que puedes.
Un saludo
¡Gracias a tí, gracias a vosotros/as!