Niijima

«Aunque llueva no te mojas», es lo primero que leo en un cartel al apearnos en Niijima (新島, 新: nueva, 島:isla) mientras vemos como una nube de llovizna que parecía perseguir nuestro barco desde Oshima (大島, 大: grande, 島:isla) se transforma en un arco iris.

Niijima

Niijima

Niijima

«¡Hola! ¿Sois vosotros los que os quedáis en la pensión Fujiya?» -nos pregunta una chica.

«Sí, somos nosotros»

«Me llamo Michi. ¿Qué tal fue el viaje? ¿Venís desde Tokio en el barco de los viernes por la noche verdad? Debéis estar cansados» -nos sigue preguntando.

«Ha sido largo pero hemos dormido casi toda la noche»

«Perfecto, en todo caso enseguida os llevo a la pensión. Tardamos cinco minutos en coche»

Vamos de camino a la pensión Fujiya por una carretera que bordea el mar. Pasamos por debajo de otra nube de lluvia que rocía durante unos segundos nuestro coche que conduce Michi.

«Lo bueno de conducir por Niijima es que ¡no hay ningún semáforo! » -dice Michi con cierto orgullo y sonriente mientras me mira a mí de reojo, que estoy en el asiento de copiloto.

«¿Y sabéis lo mejor de todo? Se puede aparcar en cualquier lugar. » -dice sabiendo lo difícil que es conseguir un aparcamiento en el centro de Tokio.

La que nos recibe con una sonrisa en la entrada de la pensión debe ser su abuela. Es una señora con aspecto de tener más de 80 años pero que se mueve por dentro de su pensión con más agilidad que nosotros. Nos abre las puertas de nuestras habitaciones y sin apenas darnos tiempo a poner las mochilas en el tatami nos pregunta:

«¿Habéis venido a surfear?»

«No, hemos venido simplemente a visitar la isla»

«Que raro, la mayoría de los jóvenes que venís a Niijima practicáis surf» – contesta extendiendo un par de mapas de la isla en la mesa.

«¿Nos puedes decir donde está la plataforma de lanzamiento de misiles de las fuerzas de autodefensa?»- pregunto, habiendo leído antes que esta isla es una de las posiciones estratégicas para proteger Tokio. Con el conflicto de las islas Senkaku todos estamos mucho más informados sobre estos temas.

Es muy triste que dos países vecinos como Japón y China se lleven tan mal, ¿porqué no compartimos las tres rocas de Senkaku? Una de las primeras cosas que les cuento a los japones@s cuando me preguntan sobre «¿Qué echas de menos de Europa? les digo que una de las mejores cosas que tenemos en Europa es «la unión», aunque a veces discutamos por el control del dinero, migraciones algo descontroladas y problemas para solventar problemas en zonas en crisis; en ningún momento llegamos a amenazas y problemas militares como los que tenemos por aquí con China o Corea del Norte. En Europa por lo menos hablamos, aquí en Asia los líderes de cada país apenas conversan entre ellos.

«Lanzamiento de misiles… está en el sur, pero no se exactamente dónde…» – dice acercándose el mapa a los ojos y mirando con detalle el sur de la isla.

Empiezo a mirar en Google Maps pero en el sur de la isla no aparece absolutamente nada. Tampoco sale en el mapa que tiene ella, pero concluye con bastante convicción:

«Estoy segura de que está al suroeste. Deberíais ir por la mañana, desde allí seguro que el amanecer es precioso.»

Al día siguiente nos despertamos a las tres y media de la madrugada y partimos de camino hacia el sur. Cruzamos el pueblo Honson, uno de los dos pueblos que hay en Niijima y enseguida nos adentramos en la única carretera que va hacia el sur: estrecha, oscura y llena de ramas de árboles. Vamos despacio, no hay prisa, tenemos hasta las cinco para encontrar la zona militar con buenas vistas al amanecer.

Llegamos al final de la carretera, estamos en lo alto de un arrecife. Todavía es de noche, nuestra única iluminación son las estrellas.

Niijima

Preparamos las cámaras para el amanecer…

Niijima

Niijima

Y la luz nos deja ver dónde termina exactamente la carretera.

Niijima

Hemos encontrado parte de las instalaciones militares, pero parece que no es la zona de lanzamiento. Es la central eléctrica que provee de energía la plataforma de lanzamiento de misiles y también a los cerca de 3000 civiles que viven en la isla.

Niijima

Seguimos la búsqueda bajando por un camino secundario pero llegamos otra vez a una verja con un cartel que pone «技術研究本部航空装備研究所新島支所, 防衛庁: centro de investigación y desarrollo de equipamiento (Armas) de las fuerzas aéreas de Niijima, Ministerio de defensa». Al otro lado de la valla se ven un par de hangares y dos o tres camiones rodeados de bosque. Espero que siga siendo siempre un centro de investigación y que nunca se tenga que utilizar para lanzar misiles.

Llegamos a la conclusión de que seguramente esto es todo lo que podemos ver de las instalaciones militares y marchamos en busca de nuestro siguiente objectivo, el moai más grande de la isla. Sí, como los de la isla de pascua pero mucho más pequeños. Hay bastantes moais en Niijima, los esculpe todos un artista que vive en Honson, dos calles más arriba de nuestra pensión.

Niijima

Niijima

Niijima

Niijima es una isla volcánica, de hecho los locales dicen que «nació» en el terremoto del 1703, el cual dividió a Shikinejima y a Niijima en dos islas. Dicen que antes del terremoto, Niijima y Shikinejima era una sola isla. De ahí que se llame «Isla nueva» (Niijima, 新島, 新: nueva, 島:isla) ya que en su forma actual existe desde hace tan solo 309 años. Su naturaleza volcánica hace que la orografía de la isla es simplemente espectacular, bosques, montañas, playas desérticas, acantilados con formas imposibles.

Niijima

Niijima

Niijima

Niijima

Niijima

Niijima

Niijima

Niijima

Niijima

¿Lo mejor de Niijima? El onsen (Baños termales) al aire libre abierto 24 horas decorado intentando imitar las ruinas de un templo greco romano. Bañarse en aguas volcánicas disfrutando de la brisa del mar:

Niijima

Niijima

Niijima
¿Veis el moai en esta foto?

O quizás lo mejor fue pasearme con un objectivo Sigma 500mm por las playas 😉

Niijima

Tres días pasamos explorando todos los rincones de la isla, lloviendo cada dos por tres, pero ¡en ningún momento necesitamos paraguas! ¿La isla de la eterna llovizna intermitente? Debe ser verdad aquello que dicen los locales de Niijima:

雨が降っても「濡れないぞう」- Aunque llueva no te mojas – Proverbio de la isla de Niijima

Nos subimos al coche de Michi. Su abuela, siempre sonriente, sale corriendo hasta la calle para despedirnos. Se planta en el centro del asfalto y nos dice adiós con la mano, no se cansa, no para de moverla de izquierda a derecha hasta que empezamos a girar en el primer cruce y la perdemos de vista.

«Mi abuela lleva 46 años trabajando en la pensión y parece que cada día sea el primero para ella» – dice Michi cuando salimos a la calle que da al mar de camino al puerto.

Niijima

Podéis reservar billetes para ir en barco a Niijima desde Tokio en esta web.

Más fotos en el set de flickr.

El monte Fuji por la noche

Comenzamos el día con la sorpresa de ver el monte Fuji saludándonos entre las nubes durante unos minutos en el lago Kawaguchi. Estuvo todo el día nublado, incluso cayeron algunas gotas de lluvia, pero después de cenar el cielo se despejó, se veían las estrellas y el Fuji también se volvía a dejar ver.

Aparcamos el coche en la orilla este del lago Yamanaka y pudimos sacar fotos como esta. Una pena que no se terminaran de ir las nubes que estropean un poco la foto y también las luces bordeando el lago, sobre todo una que había a la derecha que no nos dejaba encuadrar con libertad.

Las luces que se ven en el las laderas del monte son las personas que están subiendo a la cima. El ascenso se suele comenzar al final de la tarde para llegar a la cima a tiempo para ver el amanecer.


En la versión de la foto en grande
se pueden apreciar las estrellas.

Anotaciones sobre un día explorando haikyos en los lagos del monte Fuji:

El Monte Fuji desde el lago Kawaguchi

Salimos con el coche desde Shinjuku a las seis de la mañana de camino a la zona de los lagos alrededor del Monte Fuji. El objetivo del día es sacar fotos de haikyos, parece ser que los lagos fueron una zona con mucho atractivo durante la época de la burbuja, se construyeron muchos hoteles, resorts, restaurantes y segundas casas de ricachones.

El primer destino que introducimos en el sistema de navegación del coche es el lago Kawaguchi. Enseguida el coche decide que la mejor forma de llegar es yendo por la autopista Chuo, una de las autopistas elevadas que cruzan Tokio. Son tan solo 120 kilómetros pero al ser sábado, ya se ha formado atasco para salir de la ciudad. Hasta la salida de Hachioji el tráfico es denso y tardamos dos horas, desde Hachioji hasta el lago el tráfico es más fluido y salimos de la autopista a la carretera nacional 138 sobre las nueve de la mañana.

Ya no nos queda casi nada para llegar, pasamos por delante del parque de atracciones de montañas rusas Fuji-Q, Carlos mira al horizonte y me dice:

«¿Eso que se esconde entre las nubes parece el Monte Fuji no?»

Miro de reojo por la ventana y respondo:

«Si dudas si es el Monte Fuji o no, seguramente no sea el Monte Fuji.»

Cruzamos un puente que nos lleva al lado norte del lago y aparcamos junto a un edificio con aspecto de abandonado. Damos un paseo alrededor de lo que parece que fue una especie de hotel o pensión pero parece que no se puede entrar. Aun siendo verano, la zona está rodeada de praderas verdes. Al horizonte se ve una casita que parece salida de Heidi.

Volvemos al coche y comenzamos a dar la vuelta al lago siguiendo por la carretera del norte. Paramos a mitad de camino para intentar encontrar otro hotel abandonado pero parece ser que lo han derribado y ya no está donde se supone que debía de estar. Por ahora no estamos teniendo suerte en nuestra caza de haikyos. Estamos otra vez en el coche dispuestos a seguir buscando, pero cuando nos íbamos a arrancar…

de repente, el Monte Fuji se asoma tímido pero imponente entre las nubes cambiando la suerte del día. Salimos corriendo del coche, nos acercamos a la orilla del lago y le sacamos fotos.

No llega a verse entero en ningún momento y pasan tan solo cinco minutos antes de que las nubes vuelvan a cubrirle casi por completo. Pero es suficiente, poder ver el Monte Fuji desde tan cerca en verano no es nada fácil, estamos más que contentos con lo que hemos visto de él y con las fotos que hemos capturado. Seguramente no lo volvamos a ver durante el resto el día… ¿o quizás sí?


Foto tomada por CaDs


Foto tomada por CaDs


Foto tomada por @GamiSatoko

Webcam en el lago Kawaguchi-ko en el que se puede comprobar si se puede ver el Monte fuji en tiempo real: webcam en Kawaguchi-ko.

Mapa de la zona de los lagos: Mapa de los lagos

Oshino Hakkai 忍野八海

El Monte Fuji está rodeado por cinco lagos que se formaron en una erupción muy fuerte hace 1200 años. Antes eran cuatro lagos, uno de ellos muy grande, pero la erupción dividió este lago más grande en dos que quedaron conectados por canales de agua sumergidos.

La zona que se hundió, conocida como Oshino Hakkai 忍野八海, está llena de manantiales y lagunas naturales. Hoy en día es una zona turística, los locales están muy orgullosos de la pureza de sus aguas, dicen que tienen una de las mejores aguas de Japón.


Esta charca con peces tenía el agua más transparente de todas, a pesar de muy profunda se podía ver el fondo perfectamente.

Cómo llegar:
Con la línea Fujikyuko hasta la estación Fujisan y desde allí en autobús en hasta la parada Ohashi o Oshino-Hakkai-Iriguchi, desde cualquiera de las dos paradas son cinco minutos caminando hasta la zona de los manantiales.

Meiji Jingu, 明治神宮

Visité el templo Meiji Jingu por primera vez mi tercer día en Japón, hace ya casi ocho años. Ese día nunca imaginé que terminaría viviendo cinco años a un minuto caminando de Meiji Jingu y que se convertiría en uno de mis lugares favoritos en Tokio. Cada vez que me paseo por sus bosques y jardines me olvido de que estoy en pleno centro de una de las ciudades más grandes del mundo.

Esta foto de farolillos chouchin en la entrada de Meiji Jingu es la portada de mi libro Momentos.

El santuario de Meiji Jingu fue construído para deificar al Emperador Meiji y la Emperatriz Shoken. Murieron en el año 1912 y 1914 respectivamente, el templo se terminó de construir en 1920.

El templo principal

Casi todos los edificios de Meiji Jingu se quemaron al ser bombardeados por las fuerzas aliadas en la Segunda Guerra Mundial. El honden (本殿, edificio principal) fue reconstruido en 1958 gracias a donaciones públicas y privadas.

Fue construido siguiendo el estilo arquitectónico nagarezukuri, uno de los métodos más modernos de construcción de templos sintoístas. Los materiales característicos del nagarezukuri son el ciprés japonés y placas de cobre para los techos.

La entrada principal está junto a la estación de Harajuku. La puerta torii de la entrada es la más grande de de su categoría: estilo myojin y madera de ciprés. ¡Tiene 12 metros de altura!

Dentro del templo uno de los mayores atractivos es la zona de tabletas ema en las que los visitantes cuelgan sus deseos alrededor de un árbol sagrado rodeado por una cuerda shimenawa.

Este monje, que me encontré este invierno cuando visité el templo antes de ir a trabajar, me enseñó por dentro el edificio donde se reúnen los trabajadores de Meiji Jingu. Me contó que tienen mucho trabajo porque a veces tienen que trabajar directamente bajo las órdenes del gobierno e incluso el actual Emperador Heisei.

Aparte de eventos oficiales y festivales también se encargan de organizar bodas, ceremonias para bendecir la prosperidad de empresas o incluso tienen un servicio con el que puedes llevar el coche y que te lo purifiquen los dioses de Meiji Jingu. Este último ritual dicen que ayuda a la seguridad en la carretera de los conductores y pasajeros del vehículo.


Celebrando una boda en Meiji Jingu.


Crisantemo, el símbolo del Emperador en la entrada de Meiji Jingu.

Lo que más me gusta de Meiji Jingu es la cantidad de jardines y zona verde que tiene a su alrededor. Parece que está integrado en el bosque, parece como si el templo se hubiera adaptado a la naturaleza de su alrededor.

La fuente de Kiyomasa y los jardines interiores

El emplazamiento del santuario, fue elegido porque a los emperadores les gustaba ir a pasear y pescar por esa zona. En concreto cerca de la fuente de Kiyomasa, donde se respira quietud y frescor en pleno centro de la ciudad. La zona favorita de la emperatriz era pequeña laguna abastecida por el agua de la fuente. De hecho, la plataforma sobre la laguna la construyeron especialmente para el disfrute de la Emperatriz Shoken. También le construyeron una casa para tomar el té con vistas al lago.

La casa de te Kakuntei, construida en 1900 por el Emperador Meiji, fue el añadido más importante que hizo el Emperador Meiji a los jardines en vida.

Kiyomasa Kato fue un samurái que vivió a principios de la era Edo, su familia era la propietaria de todo el terreno en el que hoy en día se encuentra el parque de Yoyogi y Meiji Jingu. Cuenta la leyenda que fue Kiyomasa Kato el que detectó una zona en la que surgía agua de forma natural y cavó el pozo que ahora lleva su nombre.


El pozo-fuente que cavó Kiyomasa Kato.

La fuente, que está al final de un paseo de diez minutos desde la entrada de de los jardines interiores (Inner Garden, 御苑), está considerada como un «power spot» パワースポット porque dicen que está alineada con no se qué líneas de energía del Monte Fuji. También dicen que si le haces una foto al pozo de Kiyomasa y te la pones de wallpaper en el teléfono móvil te traerá buena fortuna. Si visitas el pozo, puedes meter las manos en el agua, pero no te las puedes lavar o frotar. Tampoco se puede beber.

Después de Kiyomasa, los terrenos pasaron a ser propiedad de la familia Ii, la cual tuvo mucho poder al ser aliados de los Tokugawa durante la era Edo. Les fue muy bien hasta que el sogunato de los Tokugawa cayó durante la restauración Meiji, varios de los miembros de la familia Ii fueron asesinados y todo el terreno donde esta ahora el parque de Yoyogi y Meiji Jingu pasó a ser propiedad del Estado Imperial. En la actualidad, la mitad del territorio eslo que conocemos como parque de Yoyogi y la otra mitad el santuario de Meiji Jingu.


Esta zona florece con iris en Junio.

La entrada a la zona esta de los jardines interiores está marcada con el número cinco en este mapa y se puede visitar pagando 500 yenes desde la nueve de la mañana hasta las tres y media de la tarde.

La zona del museo del tesoro

En museo del tesoro al norte del templo es aburrido, no vale la pena visitarlo. Lo más interesante que tienen en el museo es un carruaje que utilizaron el Emperador Meiji y la Emperatriz Shoken el día en el que se aprobó la constitución del Imperio de Japón.


El museo del tesoro está en la zona norte del recinto del santuario.

Lo chulo de la zona norte no es el museo del tesoro, lo mejor es pasearse por la zona verde que lo rodea. Cuando nieva se pone precioso.

Si queréis asistir a algún matsuri-festival que se celebre en Meiji Jingu en la web oficial en inglés suelen tener calendarios actualizados de los eventos por meses.

Para terminar os dejo con un video que grabé este fin de semana. Utilicé una Fujifilm X100 y un estabilizador MidX (Que como podéis ver todavía no se utilizar porque me sale el video movido 🙂 ) para grabarlo, la música es de Ryuichi Sakamoto, lo edité con iMovie.

Otras anotaciones sobre Meiji Jingu:

Jardines Shikinaen

Shikinaen, se construyó a finales del siglo 18 en Naha (Okinawa), fue la segunda residencia de la família real Ryukyu. La primera residencia era el Castillo Shuri, también en Naha.

Las instalaciones de los jardines Shikinaen se utilizaron para entretener a miembros de la família real y sus invitados, sobre todo delegaciones de la família real China. El jardín combina una mezcla única de estilos arquitectónicos chino y japonés. Los puentes y el pabellón hexagonal en el estanque son típicos de la arquitectura china de la época. En algún momento me hizo sentir que estaba paseándome por algún templo en Beijing. El contraste lo ponen los edificios residenciales que siguen un estilo arquitectónico japonés.

Shikinaen fue totalmente destruido en la batalla de Okinawa al final de la guerra, fue restaurado en 1976 y en el año 2000 la UNESCO le concedió el estatus de Patrimonio de la Humanidad. Vale la pena visitar Shikinaen si tenéis tiempo después de ver el castillo de Shuri, queda a unos 25 minutos caminando desde allí.

Shikinaen

Shikinaen

Shikinaen

Shikinaen

Shikinaen

Shikinaen

Shikinaen

Shikinaen

Shikinaen

Shikinaen

Shikinaen

Cómo llegar:
Con los autobuses 2,3,4, 5 hasta la parada Shikinaen Royal Garden. O desde la estación Shuri del monorail caminando 30 minutos.

Otros jardines en Japón: