Lo de la foto es un aparcamiento típico japonés (Y cuando digo típico, es que hay miles y miles de estos por todo el país):
Las placas metálicas circulares que hay en el suelo sirven para no tener que hacer maniobra con el coche. Es decir, pones el coche de cara encima y la placa gira 180% de forma que puedes meter el coche de culo sin ningún esfuerzo y sin molestar a otros coches que estén circulando en la calle o los peatones. Estas placas están justo al lado de la calle, con lo que en ningún momento tenemos que entrar en el parking.
Al meter el coche dentro, un robot se encarga de colocarlo dentro del edificio y te dan un tíquet con un número. A la vuelta usando tu tíquet y pagando el robot te devuelve el coche en cuestión de un minuto.