Ver el paisaje marítimo desde el confort del coche con el aire acondicionado es de lo más agradable. Cuando llegamos, la llovizna se confunde con humedad y la bruma. Mientras aparcamos en lo alto de un acantilado, contemplamos la bahía de Sagami extendiéndose ante nosotros desde Miura hasta Izu. El cielo es blanquecino y se difumina con los tonos grisáceos del mar.
Al salir del coche, el calor nos golpea como si de repente hubiéramos entrado en una sauna, afortunadamente al cabo de unos minutos deja de llover.
La piedra en el suelo significa que no debes caminar más
El observatorio de Enoura es un proyecto artístico de Hiroshi Sugimoto, que es capaz de ser a la vez escultor, fotógrafo, pintor e incluso arquitecto. En recepción, después de pagar las entradas, tenemos que escuchar una breve explicación. Nos enseñan el mapa de las instalaciones, que resulta estar pensado para disfrutar de los amaneceres (En perfecta alineación con el Sol) en los cambios de estación:
Este pasillo acristalado es el que está alineado con el amanecer del solsticio de verano
Conforme paseamos por el complejo, disfrutamos de la amalgama de naturaleza, arte, historia y unas vistas espectaculares. Uno de los temas recurrentes del arte de Sugimoto es la conexión del pasado de nosotros los seres humanos con nuestro futuro. El observatorio de Enoura se alinea con los astros y se integra con la naturaleza. Rocas en su estado natural y pasillos artificiales con lineas simples se integran dándole al lugar cierto aire místico. Este pasillo me recordó a ciertos escenarios de los videojuegos Myst o Riven.
Cuando llueve hay un agujero en el techo que deja caer el agua justo en el hueco circular del centro
Sugimoto quiere que los visitantes del observatorio sientan la espiritualidad de los humanos del pasado evocando la vida de otros tiempos. Según Sugimoto la capacidad de los seres humanos de ser conscientes del ciclo del Sol durante un año marcando las estaciones, fue uno de los primeros indicios que nos separaron del resto de los animales. Es decir, fue uno de los ingredientes iniciales que activaron «la consciencia humana». Por eso diseñó el observatorio alineado con los equinoccios y solsticios. En sus palabras: «Mi objetivo con la construcción del observatorio de Enoura es reconectarnos visualmente y mentalmente con las memorias más ancestrales de la humanidad».
Alineado con el amanecer del solsticio de verano
Alineado con el amanecer los equinoccios de primavera y otoño
Una de las aficiones de Sugimoto es coleccionar rocas con significado histórico. En esta foto, la piedra con forma de cilindro era de una pagoda de Hiroshima que estaba justo en el lugar donde cayó la bomba atómica el 6 de Agosto del año 1945. Esta ruina de la pagoda sirve como memento para recordar lo poderosa que fue la fuerza destructora de la bomba y las vidas que costó:
Esta otra es una escultura diseñada por Sugimoto que representa el infinito. Está basada en la geometría de media pseudoesfera con con curvatura -1/R^2 en la que la punta nunca llega a converger. Es decir, en la escultura real en la punta tiene 5 milímetros de diámetro, pero en teoría podría seguir hasta el infinito sin llegar nunca a un punto… ¿Un átomo? El punto de unión, que está en el infinito, solo existe en la imaginación de nuestras mentes:
Pasamos varias horas paseando por el complejo dejando que nuestras consciencias viajen al pasado y al futuro de la humanidad. Terminamos refrescados como si hubiera sido una sesión terapéutica y liberadora.
En este pasillo hay expuestas fotos de la colección de sin línea horizonte de Sugimoto. Es curioso ver como los pasillos del observatorio «emulan» sus fotos creando finales en los que el horizonte corta el paisaje por la mitad… (Ver foto de principio de post o este vídeo en mi instagram)
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