Leyendo Azogue me ha venido a la cabeza que todos sabemos quien inventó las bombillas, el teléfono etc. ¿Pero sabemos qué mentes humanas estuvieron detrás de la creación de ese ordenador que usamos todos los días? Una de las primeras personas en tener el concepto de computadora universal en mente fue Leibnitz hace 3 siglos.
El pensamiento humano llevaba miles de años preparándose para crear las computadoras, desde la época de Aristóteles e incluso Platón se filosofaba sobre la forma en que está estructurado el mundo y como se podría modelizar, creando los primeros sistemas lógicos. Posteriormente con Galileo y Copérnico la ciencia y la filosofía retomaron el camino dejado muchos siglos atrás, dentro de ésta corriente renovadora un joven llamado Leibniz tuvo un «sueño». Soñó con máquinas que fueran capaces de realizar cálculos, dejando libre así a la mente humana.
Leibnitz era un joven muy optimista pero sabía que su sueño no era fácil de conseguir. Empezó estudiando el sistema lógico que había construido Aristóteles dos milenios antes, quedó fascinado por la la división aristotélica de conceptos. A partir de esto Leibnitz quiso crear un alfabeto especial cuyos elementos representaran conceptos en vez de sonidos, un alfabeto mediante el cual se pudiera modelizar y explicar cualquier cosa. Estuvo aferrado a esta visión durante toda su vida y consiguió desarrollar en cierta medida gran parte del lenguaje simbólico que se utiliza aún hoy en día por los matemáticos.
En matemáticas es conocido por haber desarrollado el cálculo diferencial a la vez que Newton. Pero al contrario que éste, Lebnitz creó un simbolismo muy apropiado para poder trabajar con esta nueva disciplina. La notación de Newton ya no se utiliza debido a su gran complicación, en cambió hoy en día se usa la notación de Lebnitz. Seguramente consiguió este simbolismo tan apropiado gracias a su visión de querer crear un lenguaje simbólico universal.
En cuanto a las máquinas consiguió crear la primera máquina que además de sumar y restar podía multiplicar y dividir, defendió las grandes posibilidades en cuanto a ahorro de cálculos que se podría conseguir gracias a las máquinas. La máquina de Leibnitz plenamente mecánica, incorporaba un dispositivo llamado «volante de Lebnitz» que se ha seguido utilizando hasta bien entrado el siglo XX en las máquinas registradoras.
Relacionándolo también con los ordenadores actuales, trabajó y se quedó realmente asombrado al descubrir la potencia y simplicidad del sistema binario. Intentó descubrir propiedades ocultas en los números usando esta notación pero no lo consiguió.
El sueño de Leibnitz tenía tres componentes principales. La primera parte consiste en crear un compendio o enciclopedia que abarque la totalidad del conocimiento humano. Una vez hecho esto se puede pasar a la siguiente fase que consiste en escoger los conceptos clave subyacentes y dotar a cada uno de ellos de los símbolos adecuados. Para terminar las manipulaciones de estos símbolos se podrían reducir a reglas de deducción, que es lo que Leibnitz denominó como Calculus Ratiocinator y que hoy en día conocemos como lógica simbólica. Como se puede ver este es un proyecto enorme el cual Leibnitz no pudo llevar a cabo en vida debido a sus ocupaciones extra a cargo del duque Ernesto Augusto. Pero lo importante es que sentó las bases de unas ideas que guiarían a los matemáticos y a la ciencia en general durante los siglos venideros. Podríase decir que los ordenadores actuales han hecho que se cumpla el sueño de Leibnitz.