Siento pegar estos quiebros en la temática del blog, pero nos tenemos que preparar rápidamente para entrar con buen pie en Japón. Ya se que la historia puede ser un poco rollo, pero dentro de ella podremos encontrar las causas del actual desarrollo tecnológico japonés.
La leyenda dice que Japón nació de los amores entre dos divinidades: Izanagi e Izanami. Estas dos divinidades tuvieron una hija llamada Amaterasu de la cual desciende toda la larga dinastía de emperadores japoneses hasta la actualidad. Esta es una de las razones por las que incluso hoy en día una gran parte de la población japonesa considera que su emperador es como un Dios viviente.
Los primeros pobladores japoneses se remontan a la era Jomon hace más de 8000 años. Pero hay que esperar hasta el siglo VIII para asistir a la creación de un auténtico estado japonés, cuya primera capital fue Nara. Esta ciudad se construyó siguiendo los modelos de la ciudades chinas.
Nara, la primera capital de Japón.
Allí en Nara vivía el emperador. Durante los primeros años de existencia del estado japonés, hubo muchas luchas y guerras entre sectas. El emperador no pudo soportar tanta presión y tuvo que mudarse a Kyoto. Hoy en día Kyoto es una de las ciudades más bonitas de Japón y visita obligada.
Aun así, siguieron las guerras y disputas entre familias por hacerse con el poder. Al final, el jefe del clan Minamoto, fue nombrado shogun (generalísimo) e instaló su cuartel general en Kamakura (Cerca de la actual Tokyo). Comenzó una era marcada por la ideología militar y el budismo zen que duró hasta el año 1333. Durante esta época apareció una nueva casta, la de los samuráis, que fueron imponiendo su dominio por todo el país.
Los samuráis comenzaron a dominar Japón a partir del año 1300.