En el último post nos quedamos en la fuente de la entrada al templo Meiji. Lo primero que llama la atención al entrar es que todo está construido con madera y se conserva bastante bien después de 200 años.
Entrada del templo
Al entrar dentro del templo vimos que se estaba celebrando una boda sintoísta. Estaban todos muy serios haciendo montones de reverencias y caminaban muy despacio.
Dentro de la plazoleta principal había dos árboles enormes. Uno de ellos es un árbol sagrado bendecido por el dios Mikesai, debajo del árbol había miles de pequeñas placas de madera con deseos escritos. Se supone que el dios Mikesai se encargará de que tus deseos se hagan realidad.
Deseos al dios Mikesai
Fuiimos a comer a un buffet libre donde se puede comer toda la pasta que quieras por 900 yenes en la calle principal de Harajuku. Al salir nos pasamos por una tienda de manga de dos plantas, como era sábado estaba lleno de gente y en la entrada había dos chicas dando gritos intentando venderte comics.
Fijaros que tiene un tomo de Dragon Ball en la mano.
A continuación fuimos al museo de grabados japoneses (Ukiyo-e -> Imágenes del mundo flotante). Se trata de un arte que se desarrolló durante el periodo Edo (1600-1868), durante más de 200 años el país estuvo cerrado a toda influencia extranjera, pero la vida en las ciudades estaba volcada totalmente en los placeres de la vida y el arte. Los grabados suelen representar escenas típicas de la época como el teatro Kabuki, retratos de Geishas, samurais, luchadores de sumo y gente viajando por la ruta Tokaido (Desde Kyoto hasta Edo/Tokyo). También existen grabados eróticos (Shunga) pero están censurados en todo Japón y solo se pueden ver en colecciones privadas, un poco absurda la ley porque puedes encontrar comics Hentai (Porno) tirados por el metro o por la calle.
Luego fuimos a un Starbucks. Siempre he oído que los cafés en Tokyo cuestan 5 euros o más, es verdad si vas a cualquier cafetería, pero en un Starbucks un Batido/Café/Té etc. te puede salir por unos 2-3 euros. Además, una cosa buena que tiene los restaurantes aquí en Tokyo es que nada más entrar, te traen la carta junto con agua o te frío de forma gratuita.
Para terminar el día fuimos hacia Roppongi. Es el barrio más internacional, donde se pueden ver algunos occidentales. Al llegar nos sorprendió una lluvia muy muy bestia y nos tuvimos que refugiar en un parque durante una hora, vaya con el Pacífico las lluvias que trae. El tiempo aquí es una pesadilla: 35 grados, humedad, lluvias cada dos por tres, un tifón está arrasando la parte oeste y aquí notamos vientos huracanados, tsunamis … Los japoneses tienen de todo vamos 😉
Habíamos quedado todos los Vulcanus en Roppongi para ir a una discoteca. A mi no me dejaban entrar porque llevaba sandalias, así que fuimos a buscar unos zapatos de mi talla (47) a las 10 de la noche en medio de Tokyo. Encontramos un edificio que es como un 24 horas pero en plan centro comercial, subimos hasta la planta séptima y todo eran zapatos jeje. Conseguimos unos del 46 que más o menos me entraban y solo me costaron 500 yenes. El tendero friki que nos atendió nos dijo que iba mucha gente a comprar zapatos por la noche. Al volver llovía pero pudimos ir por debajo de una de esas autopistas que están elevadas 😉
En cuanto a la discoteca, si entras antes de las 11 te dejan entrar gratis y luego dentro cualquier bebida te cuesta 500 Yenes (Más o menos como en España, o incluso más barato). Tenía diferentes salas con música diversa (Dance, Techno, Hip-hop, R&B ) y unos DJs muy cachondos, uno de ellos con perilla estilo fumanchú (DJ Kaya). La disco acabó a rebentar de japoneses y japonesas. Era curioso ver como los japoneses intentaban imitar cualquier cosa que hiciera un occidental, si nosotros dábamos saltos enseguida había 200 japos dando saltos, la risa vamos xDD. Lo pasamos genial pero Arnaud se torció un tobillo y tuvo que irse al hospital. Para los interesados hay que salir por la salida 4B en la estación de Roppongi y caminar hasta la segunda calle a mano derecha, se llama Vanilla Disco.