Nos despertamos a primera hora de la mañana gracias al ruido infernal que llega de la calle. La vista desde la ventana de la habitación muestra un poco los contrastes que se pueden encontrar en esta ciudad, fijaros en los edificios primeros en plan cutre y al fondo los edificios acristalados. Por cierto, para los interesados que han preguntado, en Hostels.com se encuentran hoteles muy baratos por Asia.
Vista desde el Hotel.
Al ir hacia el ascensor nos encontramos un pequeño minitemplo con incienso. Durante el día nos dimos cuenta de que están por todos lados, en las puertas de las tiendas, por la calle, en las esquinas; pero hay que fijarse porque son muy pequeñitos. Se supone que atraen la buena fortuna y espantan a los malos espíritus.
Marchamos hacia nuestro primer destino. Lo que notamos nada más entrar en el metro es que nos costaba poquísimo, del orden de 40 céntimos el viaje, como venimos de Tokyo donde pisar una estación significa pagar como mínimo 2 euros nos pareció un chollo. Además, es un metro novísimo, muy puntual, con ordenadores conectados a Internet gratis en la estación mientras esperas un par de minutos al próximo tren y lo mejor de todo es que además de estar todo en Chino está también en Inglés (Lo cual hace la labor de desplazarse bastante menos peligrosa que en Tokyo).
Al salir del metro nos encontramos ante la primera vista impresionante del día. ¡¡Vaya rascacielos más enormes!!, el de la izquierda es el edificio principal del Banco de China.
Zona centro de Hong Kong.
Rascacielos de Hong Kong.
A continuación subimos al Peak. Se trata de una montaña de unos 600 metros que se alza justo detrás de todos los rascacielos apiñados junto a la costa del Mar de China. Hong Kong está dentro de una isla montañosa muy pequeña, así que tienen muy poca superficie útil, pero viven en ese espacio unos 8 millones de personas. La densidad es de casi 7000 (Si si, no me he equivocado en el número de ceros, ¡¡¡siete mil!!!) personas por kilómetro cuadrado; ¿Os podéis imaginar la cantidad de chinos que vimos en 3 días?
Vista de Hong Kong desde el Peak.
Julien y Carlos contemplando las vistas.
En cuanto a cosas curiosas que nos pasaron, pues que las chinas nos pedían permiso para hacerse fotos con nosotros, eso en Japón ni de coña. Se ve que somos algo raro por aquí, sobretodo los niños se te quedan mirando durante minutos sin apartar la vista con la boca abierta.
Bajamos hacia la ciudad en busca de aventuras más estimulates. Nos fijamos, y en la calle pudimos ver ciertas reminiscencias Londinenses con un sabor chino:
¿En Londres? No!!! Estamos en HONG KONG!!
Marchamos hacia el embarcadero donde íbamos a coger un ferry para cruzar la bahía. Durante el paseo cruzamos un parque con un ambiente curioso:
También encontramos un cenotafio de la primera y segunda guerra mundial.
No se puede apreciar mucho, pero fijaros en el mensaje comunista de la foto.
Embarcamos en el ferry, ¡por solo 20 céntimos de euro!. Al otro lado de la bahía el ambiente que se respira es muy diferente, mucho más «chino» (Con perdón ;), está todo como más sucio, viejo y se nota que hay mucho menos dinero invertido en la zona. Chinos con bicis cargando cosas de un lado para otro, miles de letreros luminosos llenos de Kanjis (Caracteres chinos) que intentábamos descifrar para entretenernos, tiendas de ropa occidentales, restaurantes de todo tipo, tiendas de DVDs piratas en cada esquina.
Ambiente en el otro lado de la bahía. (Kowloon)
Ambiente en el otro lado de la bahía. (Kowloon)
Terminamos comiendo Dim Sum, el alimento más típico de Hong Kong, en un restaurante cercano. El Dim Sum es un nombre genérico para varios tipos de platos con el mismo estilo que se sirven en un recipiente elevado de Bambú.
El Dim Sum de la foto está compuesto por hojas de loto recubriendo otras cosas variadas que no logramos descubrir lo que eran.
Seguimos vagando por Kowloon y encontramos la nueva residencia de Hattori Hanzo (Parece que se ha cansado de las playas de Okinawa).
Típica tienda de DVDs piratas. Parece que a las autoridades legales les importa un pimiento que se monten auténticos centros comerciales solo con material pirata.