Japoneses durmiendo 30

Vuelve un clásico básico de este blog, más fotos de japoneses durmiendo plácidamente en cualquier lugar.

Esta primera es bastante extrema, la desperté y se apartó a la acera a seguir durmiendo… En la renovación del carnet de conducir que hice hace unos meses nos contaron que cada vez hay más accidentes de atropellos en Tokio a gente que se queda dormida en la carretera, me costó creerlo hasta que lo vi con mis propios ojos.

Series anteriores de Japoneses durmiendo:

El puente que cruza la Luna

El puente de Togetsu (En japonés escrito con los caracteres 渡月橋: cruzar, luna, puente) es uno de los más emblemáticos de Kioto. Con sus 155 metros de longitud fue construido por primera vez en el siglo IX para cruzar el rio Katsura hacia el monte de Arashiyama. Aunque se ha reconstruido y restaurado varias veces, la versión actual sigue en el mismo emplazamiento que el original.

Cruzar el puente y pasear por la vera del rio es un placer que disfrutaron incluso los emperadores del antiguo Japón. Fue el Emperador Kameyama en el siglo XII el que le puso el nombre al puente. Estaba paseando en barco por la noche y embelesado por la belleza del momento declaró: «Parece que el puente esté cruzando la luna».

Dicen que los niños y niñas tienen que cruzar el puente sin mirar atrás en ningún momento, si ignoran esta instrucción les traerá mala suerte. Me pregunto si Ghibli se inspiró en este puente para El Viaje de Chihiro.

El método IKIGAI

En tiempos de desánimo y crispación, cuando los medios de información nos bombardean con noticias deprimentes, hay un territorio que sigue siendo nuestro y de nadie más: los horizontes que ponemos a nuestra propia vida.

A diferencia de otros animales, que solo sueñan, el ser humano es soñador, lo cual significa que nunca se conforma con los límites de lo conseguido. Siempre quiere ir más allá. Sin embargo, la mayoría de personas se quedan atascadas en el paso de la teoría a la práctica. Tienen muchas ideas, pero no saben cómo ejecutarlas; o, si lo hacen, el proyecto se deshincha al cabo de poco tiempo.

Francesc y yo publicamos hace algo más de un año el libro Ikigai: Los secretos de Japón para una vida larga y feliz en el que explicábamos por primera vez el concepto japonés del Ikigai. Este mes se publicó en Estados Unidos entrando en listas y podemos decir que ahora mismo es el libro de autores españoles más vendido en todo el mundo.

Pero la gran pregunta que se quedó colgando en nuestro primer libro sobre el Ikigai es: ¿Cómo encontramos nuestro Ikigai?

Yo soy uno de esos a los que le gusta mucho teorizar y le cuesta pasar a la práctica, por eso escribí este nuevo libro, para ayudarme a mi mismo. Este segundo libro que hemos titulado El método IKIGAI es un libro de autoayuda en el que guiamos al lector en 35 lecciones para encontrar su verdadera pasión.

Si sois como yo y queréis pasar a la acción podéis encontrar esta guía para poner nuevos horizontes a vuestra vida en cualquier librería o vía Amazon.es – El método IKIGAI, Despierta tu verdadera pasión y cumple tus propósitos vitales.

«La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.»


«Hay tres cosas extremadamente duras: el acero, el diamante y conocerse a uno mismo». Benjamin Franklin

Parasoles para protegerse del Sol

En el segundo capítulo de IKIGAI comentamos brevemente lo cuidadosos que son los japoneses a la hora de exponerse a la luz del sol. Pero más que una explicación por escrito lo mejor son fotos mostrando algunos de los métodos que usan para protegerse: guantes, parasoles, mangas largas, «paneles en la cara»…

Curiosidades varias paseando por Tokio

Una de las cosas que molan de Japón es que si eres curioso el pozo no tiene fondo. Aquí comparto con vosotros algunas de las últimas fotos de cosas varias que me llamaron la atención paseando por Tokio que se han ido acumulando en mi smartphone.

Este hombre es famoso por el mero hecho de pasear a sus gatos y viajar con ellos por todo Japón. El amo de los gatos se llama Masahiko Suga y tiene 53 años.

Un cepillo para limpiarse los zapatos de 157.000 yenes… ¡más de 1000 euros!

Estas chicas van vestidas a la moda de Harajuku de hace 10 años… andaban por Shinjuku.


Hotel del amor que se llama «Lios»

Una caja cartón donde puedes poner paraguas que no quieras llevarte de vuelta a casa porque se te ha roto. Visto en una estación de tren un día en el que los vientos de un tifón eran tan fuertes que rompían los paraguas.

Nuestro querido Ultraman

El templo zen Tōfukuji

El Tōfukuji (東福寺, Tōfukuji) es un templo zen en el sureste de Kioto. Sus pabellones se desperdigan en una zona verde enorme poblada por árboles que en otoño colorean el paisaje. El mejor momento para verlo en pleno kouyou es a finales de noviembre pero el resto del año también es más que bello. Es uno de los templos Zen más importantes en Kioto.

La puerta estilo sanmon del Tōfukuji tiene 22 metros de altura y es la puerta zen japonesa más vieja (desde el año 1425 sin haber sido reconstruida). Las puertas estilo sanmon (三門) no están en todos los templos zen, solo en los más grandes. El San 三 (Tres) antes del 門 (Puerta) indica que está compuesta por tres entradas. Cada una de las entradas también tiene un nombre, la de la izquierda es la kūmon (空門 puerta del vacío), la del centro es la la musōmon (無相門 la puerta sin forma) y la de la derecha es la muganmon (無願門 la puerta de NO pedir deseos).


Esta es la puerta sanmon de Tōfukuji que está declarada como tesoro nacional

El conjunto de estas tres puertas: la del vacío, la sin forma y la de no pedir deseos; simbolizan los tres lugares por los que hay que purgarser antes alcanzar la iluminación. Pasar a traves de ellas te ayuda a liberarte de: la codicia, el odio y la ignorancia. Por eso también se llaman sangedatsumon (三解脱門 la puerta de las tres liberaciones).

Aparte de la puerta sanmon, lo más bonito del Tōfukuji son los jardines. Hay varios, cada uno con un estilo, algunos con rocas grandes y musgo que las adorna, otros llenos de vegetación y varios secos con grava y piedras. Todos ellos fueron diseñados por Mirei Shigemori. Uno de los jardines más bellos del recinto es el Kaizandō, que está escondido al otro lado del puente tsutenkyo. Un puente con techo de madera que tiene 100 metros de largo y cruza un riachuelo que va a desembocar al kamogawa.


El puente de madera Tsutenkyo, cuyo nombre se podría como el puente para cruzar el cielo


Vistas desde el puente.

El Kaizando es un jardín seco como el Ryoanji pero no es simétrico, una zona del rectángulo de grava está ocupado por setos y rocas. Lo bonito, en comparación con el Ryoanji es que detrás no ves una simple pared es un jardín con setos y pinos japoneses. Otra de las diferencias es la forma de arrastrillarlo, en el Kaizando lo hacen de forma que queden dibujados cuadrados de varias tonalidades diferentes.

Localización en google maps de Tofukuji.

Desde Kyoto Station, con la línea JR Nara line, se tardan dos minutos en llegar a la estación Tofukuji Station.