El verano de hace dos años Francesc y yo visitamos la isla de Sado. Elegimos este destino no porque sea especialmente bello sino por sus rarezas y misterio.
Es la sexta isla más grande de Japón, pero aun así es una gran desconocida. Tiene un pasado oscuro, al ser un territorio tan remoto fue utilizado durante siglos como lugar para exiliar a criminales y mandar a enfermos para evitar la proliferación de plagas en el resto de Japón. Aun siendo una condena algo menos grave que la pena de muerte, cuando alguien era enviado a Sado, nadie esperaba que volvieran.
Cuenta la leyenda que el primer condenado al exilio a Sado fue un poeta llamado Hozumi no Asomi Oyu (穂積朝臣老). Fue enviado a la isla en el año 722 y su crimen había sido criticar al emperador.
Para nosotros no fue un exilio pero sí una escapada de la realidad de las rutinas de nuestras vidas. Fue una pequeña aventura en la que nos encontramos con pájaros toki, vimos radares diseñados para detectar misiles norcoreanos, encontramos motas de oro incrustadas en una piedra cerca de una mina, y navegamos por el mar de Japón acompañados por gaviotas.
Llegamos al atardecer, después de unas horas navegando con el ferry que parte del puerto de Niigata. Es la única forma de llegar, el aeropuerto que tenían dejó de operar en el 2014 por falta de pasajeros. El ferry se llama Toki, igual que el pájaro más importante de la isla. Se trata de una especie de ibis japonés que estuvo a punto de extinguirse pero ahora abunda, sobre todo en la isla de Sado y es la mascota oficial de la isla.
Vimos al famoso toki, volando a lo lejos sobre campos de arroz, pero nos fue imposible de fotografiarlos. Esta es una foto oficial de una web del gobierno:
Foto de gov online go jp
Esto es lo más cerca que conseguimos acercarnos a un toki ^^
Sado está en el mar de Japón, y es el trozo de tierra firme japonés más cercano a Corea del Norte. Está en un punto estratégico para detectar lanzamientos de misiles norcoreanos por eso tienen varias zonas militares y radares apuntando hacia Corea del Norte.
Esta es una de las cimas más altas de la isla, desde donde saqué esta foto hasta el radar está todo el terreno cercado por verjas indicando que es zona militar.
Tras casi mil años de siendo un lugar inhóspito al que nadie quería ir, a principios del siglo XVII encontraron oro en la isla y en apenas unos años comenzó a operar allí la que sería la mina de oro más importante de la historia de Japón. Llegando a producir hasta 400kg de oro al año en sus mejores épocas durante la era Edo.
La mina estuvo controlada por el shogunato de los Tokugawa y fue uno de los factores que ayudó a la prosperidad de los Tokugawa durante la era Edo. Siguió funcionando hasta el año 1989 y ahora la mina es un museo que está abierto al público.
Entramos a la mina, recorrimos varios de sus túneles y estas son las fotos de las diferentes instalaciones de la mina.
Foto de grupo con nuestros compañeros en la visita a la mina.
Otra de las atracciones de la isla son los tarai-bune たらい舟 (Barco bañera), que son barcas diminutas con forma de bañera tradicional japonesa (tarai). El diseño único surgió de la necesidad de los locales para poder navegar bordeando la costa escarpada de la isla y poder pescar marisco con efectividad.
Tarai-bune en la película El viaje de Chihiro
Costas con formaciones basálticas
Interior de un restaurante. En la pared cuelga un póster viejo anunciando cerveza Asahi DRY y un mapa de la isla.
Sado tiene una forma peculiar con cierta simetría si la cortas por la mitad en un ángulo de 45 grados.
Cómo llegar a Sado:
– Con el ferry toki desde Niigata. Más información en Sadokisen.co.jp.
– Preparad alojamiento y forma de desplazarse dentro de la isla (No hay muchas opciones y no está preparada para el turismo). Listado de hoteles en Sado.