Estaba probando Periscope dando un paseo por Tokio y la audiencia me estuvo contando que la obsesión por poner botellas en las puertas de las casas no es única de Japón. Me contaron que en el extranjero se usan para espantar a perros abandonados.
Aquí, a las botellas estas llenas de agua las llaman neko yoke 猫よけ «espanta gatos». Parece que es una tradición que los japoneses importaron del extranjero, y en vez de usarla para perros (Nunca he visto un perro abandonado en Japón) se usa para repeler gatos callejeros. Según la «superstición», a los gatos no les gustan los reflejos que generan las botellas y por eso no se acercan.
Estas botellas se ven prácticamente en cualquier zona residencial en ciudades japonesas. Son parte del paisaje urbano japonés.