Hiroaki Kitano es conocido por ser el inventor del perro robot Aibo y ser uno de los directores del Sony Computer Science Lab en Tokio. A principios de los años 90, Hiroaki Kitano soñaba con crear robots bípedos con habilidades que pudieran llegar a ser superiores a las de un ser humano. Ambicioso, pero a la vez realista, empezó con el desarrollo del perro robot de cuatro patas Aibo que llegó incluso a comercializarse y continuó con el desarrollo de QRIO también de Sony, el cual fue el primer robot bípedo de la historia capaz de correr. El sueño de Hiroaki Kitano era y es el de conseguir crear un robot humanoide que supere en habilidades motrices a un ser humano antes del año 2050.
Hiroaki Kitano, considerado como el padre del Aibo. Foto tomada por mi jefe Joi Ito.
No es un problema sencillo de solucionar, no se puede solucionar en solitario. A Kitano Hiroaki y a sus colegas del Sony Computer Science Lab se les ocurrió una idea fabulosa para que todo el mundo pueda participar y mantenerse motivados al 100% durante el proceso de desarrollo de robots cada vez más potentes. Decidieron crear una competición mundial de fútbol en el que los jugadores, en vez de humanos, serían robots. El objetivo final sería el de conseguir crear un equipo formado futbolistas robóticos totalmente autónomos capaz de ganar al mejor equipo de fútbol del mundo en el año 2050.
La primera edición de Robocup, la competición mundial de robots, se celebró en Japón en 1997, participaron cuarenta equipos, casi todos ellos de universidades y empresas japonesas. El año pasado fueron ya más de cuatro cientos equipos de más de 40 países diferentes. En Japón es un evento conocido por casi todo el mundo, con seguimiento en los medios y algunos de los partidos más interesantes son televisados.
Aibos jugando con una pelota
Los robots participantes en la Robocup son totalmente autónomos. Es decir, durante la competición no se permite que ningún humano intervenga en el juego de forma remota. Los robots deciden por si mismos en tiempo real los movimientos a realizar en el campo de fútbol. Programar una buena inteligencia artificial es algo clave, más importante incluso que tener robots con habilidades motrices más avanzadas. Para conseguir ganar en la Robocup los miembros humanos de los equipos deben saber mucho sobre muchas disciplinas: inteligencia artificial en general, programación, matemáticas, física, mecánica, visión artificial, electrónica, anatomía humana etc.
Miguel de la Universidad de Alicanteen la Robocup del 2005.
“En principio pensé en el fútbol porque es un juego que lo entiende casi todo el mundo y a la vez es los suficientemente complicado para ser un problema desafiante” dijo Kitano Hiroaki divagando sobre cómo nació la idea del Robocup. Aunque parezca que la Robocup sea un mero juego, una afición cara de científicos e ingenieros de todo el mundo, y puede que el objetivo de competir contra humanos pueda sonar un poco ingenuo; el verdadero propósito serio de la competición es incrementar la motivación para crear tecnología cada vez mejor a la que se le puedan buscar aplicaciones prácticas. Por ejemplo, en la Universidad de Tokio están desarrollando un robot cirujano cuya tecnología está basada en robots humanoides que fueron creados para la Robocup del año 2007. En las Universidades de Waseda y Keio ha creado varios robots de rescate que ya son utilizados por bomberos japoneses cuyos primeros prototipos fueron desarrollados para competiciones Robocup. Son solo algunos de los ejemplos de entre los centenares de avances que se han llevado a cabo en universidades de todo el mundo gracias a la motivación de la Robocup.
¿Conseguirán derrotar al campeón del mundo humano? Por ahora van por buen camino y todavía quedan prácticamente 40 años para que llegue la fecha del enfrentamiento contra humanos.
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