En este artículo de Science cuentan un curioso descubrimiento de unos investigadores de la Universidad de Hokkaido.
Colocaron copos de avena emulando los lugares de la Zona Metropolitana de Tokyo en los que más población se acumula. Pusieron también una única célula amébica de moho mucilaginoso junto a uno de los copos de avena y dejaron que creciera. Al moho mucilagionoso le encantan los copos de avena, al cabo de unas horas el moho empezó a extenderse intentando alcanzar los otros copos. Conforme fue pasando aún más tiempo el moho fue eliminando «conexiones» entre algunos copos de avena pequeños y fue fortaleciendo las conexiones en los copos más grandes y centrales. Lo más impresionante de todo es que fue suficientemente «inteligente» (El moho no tiene cerebro) como para mantener conexiones redundantes entre los copos más «importantes», algo que permite al moho seguir teniendo conexión con un copo importante incluso si sucede algún «accidente». Consiguió un diseño muy bueno para una red de comunicaciones entre esos copos de avena, de hecho la similaridad entre la red conseguida por el moho y la red ferroviaria diseñada por ingenieros en Tokyo es muy similar, por ejemplo, en Tokyo también hay muchas líneas de trenes redundantes para asegurarse que ante cualquier imprevisto, como por ejemplo un terremoto en cierta área de la ciudad no afecte a toda la red.
Después de analizar los patrones de crecimiento del moho, los investigadores han creado un modelo matemático que describe la el crecimiento de la red y al simularlo en ordenadores el algoritmo termina encontrando una solución bastante óptima en la que las conexiones más robustas se establecen entre los nodos más importantes/centrales y las conexiones redundantes van desapareciendo. Además se intentan establecer los caminos más cortos entre cada localización (Un problema clásico de las ciencias de la computación). Lo podemos simular usando software, de hecho hay muchísimos algoritmos para diseñar redes, ¿pero cómo aprendieron los mohos a crecer de forma óptima para conseguir la máxima cantidad de alimento/energía? ¿cómo «sabe» el moho cómo tiene que resolver el problema? ¿donde tienen programado ese comportamiento si no tienen cerebro? ¿en los genes? ¿pequeñas reglas que generan un comportamiento complejo? ¿autómatas celulares?
¿Para que calentarse la cabeza haciendo cálculos para diseñar una red si puedes preguntarle a un moho? ¿Para qué gastarse millones en ingenieros para diseñar una red de transporte si le puedes preguntar a un moho? De hecho, ¿para que calentarse la cabeza intentando resolver problemas que la naturaleza ya ha resuelto durante millones de años de evolución? Esta es una de las perspectivas que utiliza la Biomimicry / Biomimesis para resolver problemas, si tenéis más interés en el tema os recomiendo escuchar Janine Benyus y a Robert Full.