El «pachinko» son las máquinas tragaperras japonesas por excelencia. Son una especie de máquinas de bolitas que tienes que lanzar y según donde caigan recibes dinero o no. Al jugar, en la mayoría de las modalidades lo único que podemos controlar es la velocidad a la que se lanzan las bolas, con lo cual es un juego bastante «estúpido».
Japón está lleno de centros de juego «pachinko» donde los japoneses se lo pasan pipa gastando dinero. Estos centros suelen estar a tope de gente, el ruido de las bolitas cayendo es insoportable y ponen música a alto volumen para incitar a la gente a seguir jugando. Si alguna vez queréis experimentar con el pachinko, la forma de proceder es comprando las «bolitas» en la entrada y a continuación sentarnos en la máquina que más nos guste. Si tenéis suerte podéis incluso salir con más dinero que con el que entráis. Cuentan las leyendas que los profesionales se dedican a estudiar las probabilidades de ganar con cada máquina en un determinado centro; pero también dicen que por las noches cambian los parámetros de cada máquina para que nadie haga trampas…
Aspecto de las máquinas de pachinko.
Un edificio de máquinas de pachinko.