He terminado de leer The human interface de Jeff Raskin, uno de los hombres más influyentes en la historia de la informática. Los capítulos que más me han gustado han sido los primeros donde explica algunos de los aspectos del funcionamiento de la mente consciente y la mente subconsciente.
Usando la mente consciente solo podemos prestar atención a una tarea a la vez, por ejemplo, no podemos resolver dos problemas matemáticos a la vez. Mientras que la mente subconsciente trabaja sin que nosotros lo notemos realizando muchas tareas a la vez, por ejemplo, podemos estar caminando y escuchando música a la vez.
El problema de la mente consciente es que tiene muy poca persistencia en el tiempo. ¿Nos ha pasado mil veces que al cabo de unos segundos se os olvida algo que acabáis de leer, porque habéis pasado a prestar atención a otra cosa? Lo mismo pasa con los ordenadores, muchas veces los programas de ordenador suponen que el usuario tiene que recordar un mensaje que se ha mostrado unos minutos antes, pero lo más seguro es que el usuario lo haya olvidado. La mente consciente olvida rápidamente y solo puede prestar atención a una tarea.
El problema de la mente subconsciente es que va trabajando sin que lo notemos y por lo tanto es uno de los orígenes de los hábitos tanto buenos como malos. Los hábitos no se olvidan, persisten y son difíciles de eliminar. Aplicándolo al diseño de interfaces, cuando cerramos una aplicación en el ordenador nos suele preguntar «¿Desea realmente cerrar la aplicación?» y por costumbre siempre hacemos click en «Sí» de forma automática. Poco a poco se convierte en un hábito, y si un día realmente no quieres cerrar el programa por vicio harás click en «Sí» en vez de «No». ¿Tiene entonces alguna utilidad mostrar este cuadro de diálogo antes de que se cierre una aplicación?
Durante el resto del libro se explican diferentes métricas formales para decidir numéricamente la eficiencia y facilidad de uso de diferentes interfaces, se plantean diversos problemas, ejemplos con máquinas reales etc. Básicamente, Raskin defiende ante todo la simplicidad: muchas maneras de hacer la misma tarea no siempre es bueno.
En definitiva, un libro excelente tanto para leerlo de una tirada como para usarlo de referencia a la hora de crear interfaces usables de páginas webs o aplicaciones de escritorio.
Otro libro sobre diseño de interfaces que me gustó mucho es Don’t make me think. En este libro de Steve Krug se pueden ver los miles de fallos que puede cometer un diseñador de webs sin darse cuenta. La filosofía principal que nos muestra el autor es que no debemos Hacer Pensar a los usuarios lo más mínimo. No deben pararse a pensar algo tan trivial como ¿dónde esta tal o cual sección? simplemente deben intuir donde está la sección. Esto es muy complicado de conseguir aunque parezca trivial a simple vista.
Gracias a Emasoft por el libro.