Para este día nos sacamos un «day-pass» para usar autobuses por la zona de Kyoto que nos costó 500 yenes. Para empezar fuimos a visitar el «Kinkaku» conocido como el «el pabellón dorado». Un edificio cubierto por una fina capa de oro que tiene ya más de 600 años de antigüedad.
El algo que está justo al lado del templo es conocido como «El espejo».
Mi hermano y yo.
Como siempre estaba lleno de colegiales deseando hacerse fotos con «gaijins» (Extranjeros). Es curioso porque esto en Tokyo no suele pasar, se ve que en la capital están más acostumbrados a nosotros.
Después marchamos hacia el castillo «Nijo-jo» construido en 1603 siendo la primera residencia oficial del primer Shogun Ieyasu Tokugawa. Los «Shogun» eran los generales del ejército y eran los que realmente controlaban Japón por encima del Emperador.
Entrada al castillo
Foto de grupo en los jardines del castillo
Por aquí paseba la legendaria familia Tokugawa hace varias centurias.
Y nuestra estancia en Kyoto se termina, fuimos a dar un último paseo por la zona de Gion y a las ocho de vuelta con el Shinkansen.