Continuamos nuestro paseo por Kowloon entrando en un gran parque. Lo primero que vimos fue un cartel de advertencia en el que sale un mosquito enorme y al lado pone «Beware of Dengue mosquito», jurrlll que miedo. En la zona de Hong Kong no se dan casi casos de Dengue, pero por la zona de Vietnam y Tailandia que están cerquita hay que tener cuidado. No existe vacuna para el Dengue ni tampoco existe un buen remedio, se puede llegar a morir a causa de la picadura de uno de estos mosquitos.
Dejando el Dengue aparte, preciosa la vegetación totalmente diferente a la que he visto nunca. Muchas flores rarísimas, árboles tropicales, plantas con hojas enormes, chinos practicando Tai Chi etc. Al salir del parque nos fijamos en unas señales muy curiosas que se situan justo al lado de cada paso de zebra:
Cuidado con los coches
Otra cosa muy curiosa de Hong Kong es que los andamios para construir edificios son de BAMBÚ!! Para mi, fue una de las cosas más impactantes. Os pongo algunas fotos de andamios de bambú.
Andamios de bambú.
Un poco de bambú y un poco de rascacielos.
Que mal rollo ir por ahí debajo.
Al final llegamos al famoso Temple Market. Es un mercadillo donde puedes comprar cualquier cosa a precios ridículos, una postal por 1 céntimo de Euro, un juego de Game Boy Advance de los nuevos por 6 Euros, camisetas por 1 euro etc. Yo me compré un trípode para la cámara de fotos por un Euro.
Antes de entrar en el mercadillo. Típica calle escondida de la zona de Kowloon.
Tienda de Katanas dentro del mercadillo.
Volvimos al borde del mar, y llegamos justo a tiempo para ver los fuegos artificiales que celebran la creación de la Republica Popular China (Día uno de octubre). La visión del «Skyline» de Hong Kong por la noche desde el otro lado de la bahía según las guías de viaje es una de las vistas más impresionantes que se pueden ver en el mundo. Yo no me lo terminaba de creer hasta que lo ví con mis propios ojos, ¡¡¡IMPRESIONANTE!!! Es algo realmente inolvidable. Os pongo unas fotos, pero no creo que con ellas os podáis imaginar lo que realmente se puede sentir allí: la música china que ambienta los fuegos artificiales, la brisa del oceáno pacífico, el sonido del mar, los láseres que salían de los edificios, los cambios de iluminación en los rascacielos al ritmo de la música, letras enormes salían en edificios de más de 50 plantas… Esto se puede ver todos los días del año las 20:00h (Desde el paseo de las estrellas) pero en las ocasiones especiales (Como en nuestro caso) además hay fuegos artificiales.
Admirando todo aquello, repetíamos una y otra vez:
«I’ve seen things you people wouldn’t believe. Attack ships on fire off the shoulder of Orion. I watched c-beams … glitter in the dark near Tanhauser Gate. All those … moments will be lost … in time, like tears … in rain. Time … to die.»
Aquí está uno de los trocitos de ciudad que pude abarcar con mi cámara
Fuegos artificiales para celebrar la fundación de la República Popular China.
La gran foto del viaje.
Después del subidón de adrenalina cruzamos de nuevo la bahía en barco y comenzamos a buscar algún lugar para cenar. Los restaurantes más típicos en Hong Kong son los que puedes ver toda la comida desde fuera, incluso ves como la preparan.
Restaurante típico de Hong Kong.
Pero terminamos en un restaurante de comida asiática en general. Yo comí un plato típico de Malasia a base de marisco raro y otras cosas que no logré reconocer como de costumbre. Pero lo que más triunfó fueron unos cocos de Tailandia que estaban buenísimos, no tienen nada que ver con los Cocos que tenemos por Europa. Me comí dos cocos enteros, que buenos que estaban.
Cocos de Tailandia
Pero el día aun daba mucho de si, así que buscamos la famosa zona de Lan Wai Fong (Jasp, quédate con este nombre que es fundamental. Nada más salir de la estación Central buscas la calle D’Aguilar) donde está todo el ambiente nocturno. La sorpresa llegó cuando vimos que la zona tenia un estilo muy hispánico, en plan pubs con gente por la calle. Un ambiente muy internacional y un 24 horas al lado donde podías comprar todo tipo de bebidas por solo 1 euro y comida a precios ridículos.
Entrada a la zona de marcha en Hong Kong.